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JOSE ANTONIO DIEGO PORTUGAL
El portugués Rui Silva ejecutó en 50 metros a su amigo Reyes Estévez en la final de 1.500 metros de los Mundiales de atletismo en pista cubierta y ambos dejaron el bronce como consuelo al campeón olímpico, el keniano Noah Ngeny, ante 8.000 espectadores que abarrotaron el pabellón Atlántico de Lisboa. Al cumplirse una semana del trágico accidente del puente sobre el río Duero, Portugal necesitaba un motivo para elevar los ánimos y Rui Silva estuvo en el momento justo de la carrera idónea para ofrecer, al menos, un mínimo consuelo a sus paisanos, que celebraron visceralmente el triunfo.

La carrera salió parada. Durante los primeros 100 metros nadie quiso tomar el mando, hasta que el novato Juan Carlos Higuero, español de Aranda del Duero, se decidió a tirar, aunque no mucho. Los nueve corredores tardaron 1:10 minutos en dar las dos primeras vueltas (400). Ngeny, verdugo de Hicham El Guerruj en la final olímpica de Sydney, asumió responsabilidades a partir de ahí, poniéndose al frente hasta los 1.200 metros, que pasó en 3:12.13. Fue el momento escogido por Reyes Estévez para jugársela.

El campeón de Europa al aire libre salió con fuerza y se llevó tras sí a Rui Silva, más fino en esta temporada invernal. A la salida de la última curva, el portugués adelantó sin remisión al español, que apretó los dientes en un postrer e inútil esfuerzo. La lentitud de la carrera había favorecido al «killer». La final femenina de longitud discurrió por los pasos emocionantes que prometía la presencia en pista de las mejores del mundo con la única excepción de la estadounidense Marion Jones.

Dawn Burrell, paisana de Jones, fue la única que pasó de siete metros (7'03) y se llevó el oro con cinco centímetros de ventaja sobre la rusa Tatyana Kotova. Por detrás la española Niurka Montalvo, campeona mundial al aire libre en Sevilla 99, y la italiana Fiona May, subcampeona, se enzarzaban en una nueva trifulca, sólo por el bronce. Montalvo, como ocurrió en los Mundiales de Sevilla, relegó a May en la última ronda, y esta vez por un solo centímetro. Para ello la española hubo de batir por segunda vez su récord de España con 6'88 en su postrer esfuerzo. En su cuarto salto también lo había mejorado con 6'85.