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80 MANRESA: Rutland (6), Nocioni (13), Sabaté (6), Braggs (14), Singla (10) "cinco inicial", Carles Ruf (4), Burgos (10), Holgado (2), Laviña (12) y Montas (3).
25 de 54 en tiros de 2 puntos. 8 de 7 en triples. 6 de 13 en tiros libres. 31 rebotes (19 en defensa y 12 en ataque).
77 DRAC INCA: Stacey (15), Merino (0), Villar (11), Aldama (7), Lightfoot (8) "cinco inicial", Cabral (8), Edu Sánchez (7), Llorenç Mons (13), Montañana (4) y Crepo (4).
15 de 30 en tiros de 2 puntos. 10 de 16 en triples. 17 de 26 en tiros libres. 33 rebotes (28 en defensa y 5 en ataque).
Arbitros: Lucas de Lucas (Castilla La Mancha) y Zafra Guerra (Valencia). Excluyeron por cinco faltas personales a Nocioni (Manresa).

FERNANDO FERNÀNDEZ
Mediatizado por el afer Menorca, Drac Inca hacía historia con su visita a un frio Nou Congost en un momento en el que los de Abós planean con peligrosidad sobre el filo de la navaja. Al margen de la vuelta de Santi Aldama "ataviado con una aparatosa máscara protectora", Luis Merino otorgó frescura a un cinco en el que Lightfoot seguía evidenciando que su repertorio no traspasa la línea de 6'25 metros.

Salva Maldonado dispuso su arsenal para afrontar un choque en el que el mejor hacer desde el perímetro de los del Bages contrastaba con el poderio en la pintura de un inconmersurable Aldama, que trajo de cabeza a Braggs y Ruf. El empujue del cinco riojano, la seguridad de Stacey y la iniciativa de Villar mantenían en el partido a un Drac Inca amenazado por la muñeca de Sabaté. A medida que los minutos avanzaban, las pérdidas de balón también lo hacían, al igual que la intensidad defensiva de los catalanes, a los que si les daban efecto las rotaciones de banquillo. Eso si, el rebote pasaba por ser la asignatura pendiente de los de Es Raiguer, que pagaron con creces sus errores capitales (41-30, en el minuto 18), subsanados en parte por un Llorenç Mons que tiró del equipo y frenó a Rutland.

Catorce balones perdidos en los dos primeros cuartos pesaron como una losa, y sólo la cuarta falta de Ron Rutland a inicios del tercer cuarto sirvió de bálsamo y metió miendo a un Manresa que respondía al pulso de triplistas lanzados por Llorenç Mons, pero que no sólo se resistía a reducir la franja de los 10 puntos de ventaja, sino que tambien la aumentaba (57-45, minuto 24). Manresa ya creía en la victoria de forma convincente. Y es que Aldama sumaba su cuarta falta y allanaba a los hombres interiores del cuadro catalán el camino hacia la canasta.

Pero por entonces volvía a aparecer Anthony Stacey, mostrando eso que le falta a Lightfoot: regularidad. Cabral completaba el trabajo y Drac Inca volvía a creer en el milagro (59-55, min.28), aunque tardó poco en despertar de forma violenta de un sueño que no cesaron de alimentar los mallorquines, y que el aro se encargó de marrar. Otra vez daba forma a las ilusiones de los de Abós (66-64 en el 34*), pero Manresa pisó el acelerador y las ganas inquenses sirvieron de poco. Se iniciaba el recital Stacey, mientras Lightfoot aparecía en el momento oportuno (76-76 en el 39*). Pero tan pronto como apareció, desbarató todo el plan. Aldama no pudo apuntillar desde la línea de tiros libres y la sangre fría de Rutland decidió con un triple estratosférico a falta de ocho décimas a favor de un Manresa que siempre mandó en el luminoso, y que por su puesto, no perdió 22 balones.