TOMEU TERRASA
Carlos Domínguez sirvió en bandeja la Champions. El equipo balear iba empate a uno en el minuto noventa, pero una jugada precisa y preciosa de Leonardo Biagini fue apuntillada por Carlos, que consiguió el gol de la victoria. Nervios, tensión y, lo más importante, la victoria. Ahora el equipo balear depende de él mismo para mantener esta posición de privilegio.
La primera parte tuvo un claro dominador y este fue el Real Mallorca. Los hombres de Luis Aragonés leyeron muy bien el encuentro, sabían que debían buscar la espalda a la defensa rival y así lo hicieron. Tras una fase un tanto aburrida llegó el gol para los rojillos. Ibagaza lanza un córner en pleno corazón del área pequeña, la defensa duda y Gustavo Siviero, libre de marca, consigue el gol rojillo.
Guayre y Jorge empezaron a emerger, lo habían hecho ya con anterioridad, y eran los hombres que dotaban de cierto criterio al medio campo de Las Palmas. Con la primera parte casi finiquitada, llegó un jarro de agua fría. Guayre, libre de marca dentro del área y en posición correcta, aprovecha un centro para batir de tiro cruzado a Leo Franco que nada pudo hacer. Las protestas de los jugadores del Mallorca dieron paso al descanso. Todo quedaba en el aire para la segunda mitad.
La historia del segundo tiempo se escribe a partir del minuto 68 de partido. Ahí Turdó tuvo la clave del encuentro ya que falló completamente solo ante Franco. Quien perdona termina perdiendo y el Mallorca se creyó que podía ganar. Biagini y Carlos, que habían salido en la recta final, apuntillaron la victoria. El hispanoargentino, en jugada personal, lanzó un fuerte disparo, el rebote llegó a Carlos que sólo tuvo que empujar. El delirio llegó a Son Moix con el gol del punta de Mairena. Un gol que coloca al Mallorca en Liga de Campeones y con un calendario relativamente favorable para no despertar del sueño de jugar la mejor competición continental.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.