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El Mallorca Grand Champions no es sólo una competición de tenis, es una simbiosis de espectáculo y deporte. Los jugadores saben lo que va a ver el público y en la primera jornada disputada ayer Guillermo Vilas, Mansour Bahrami, Yannick Noah, Ilie Nastase y Emilio Sánchez Vicario ofrecieron su mejor cara.

Los componentes del grupo Manolo Santana fueron los primeros en saltar a la pista. El vencedor de la primera edición del torneo mallorquín, Anders Jarryd, evidenció que este año tampoco ha venido de vacaciones. Superó en un igualado encuentro a Mikael Pernfors por 9-7 -los partidos se juegan a un set al mejor de nueve juegos con tie break en el empate a ocho-. Jarryd y Pernfors son dos jugadores fríos y poco dados a ejecutar golpes de cara a la galería. Su estado de forma todavía es bueno y se pudo disfrutar de un buen juego.

Con el regreso de Emilio Sánchez Vicario a las pistas mallorquinas -jugó en la década de los ochenta en el Trofeo Cobra- se volvió la mirada al tenis de hace unos años. El revés cortado y no rematar los globos, sino retroceder al final de la pista para golpear de derecha o revés, son características que se dan con cuenta gotas en el tenis actual. Pero lo cierto es que el tenista español evidenció un buen estado de forma y venció al alemán Carl Uwe Steeb en un encuentro más igualado de lo que refleja el 9-5 final.

Con Yannick Noah e Ilie Nastase llegó el espectáculo. El jugador francés hizo gala de sus excentricidades. Bromeó con el público durante todo el partido y se ganó algunas de las ovaciones más sonoras de la primera jornada. Nastase también se mostró simpático pero demostró que es un ganador nato. Noah era, por la diferencia de edad (tiene 14 años menos), el favorito pero Nastase sacó sus mejores golpes y sumó su primer triunfo (9-7).

El Vilas-Bahrami fue sin duda el mejor partido del día de ayer. Mansour Bahrami demostró el pasado año que es el showman del ATP Senior Tour y ayer no defraudó. Se inventó golpes imposible, bromeó con su adversario, con el árbitro, los recogepelotas y el público y obligó a Vilas a correr en todos los puntos. Guillermo Vilas, jugador espectacular, sabía que no podía competir con Bahrami y aceptó su papel de víctima, aunque acabó llevándose el triunfo (9-6). En los dobles Sánchez-Casal y Steeb-Nastase ganaron a Vilas-Fleming y Noah-Pernfors.