ALBERT ORFILA
Inca se resiste a morir. Sin demasiado baloncesto pero con toneladas de corazón, el grupo balear dio su primer paso firme hacia un viaje con demasiadas insinuaciones quiméricas. La tierra prometida todavía queda lejos, pero la contagiosa fe de esta plantilla merece un margen de confianza y un decidido cambio de óptica: Está algo más cerca. No es el Granada un equipo con el que los mallorquines se sienten a gusto. Los grandes salen por fuera, casi todos tiran de cualquier sitio y su repertorio es tan previsible como imprevisible. Su plan es que no hay un plan concreto y eso al Inca nunca le ha ido demasiado bien.
Se maneja mucho mejor ante escuadras de corte clásico y cuando la propuesta es un lío, mal asunto. De hecho, el partido acabó resolviéndose desde el bullicio, con acciones incontroladas de dos gamberros a los que el Palau juró amor eterno: Llorenç Mons y Albert Miralles. En el día más imprevisto, el escolta catalán gozó de confianza a raudales (25 minutos) y lo agradeció con 13 puntos y un triple tan imposible como ganador.
Miralles, en tres partidos, ya es una referencia. Hace muchas cosas y casi todas bien. Es un insolente y cuesta entender cómo en plena sequía de pívots nacionales interesantes, este jugador ha acabado fijando su residencia en la Isla. Pero aquí está y ayer liberó al Inca de un buen puñado de atascos. De hecho, el partido fue un continuo atasco. La cuantiosa renta que adquirió el cuadro mallorquín en el minuto 13 y tras un triple de Mons (26-16) se escurrió con la misma rapidez con que el Granda encontró a Héctor Manzano. En un visto y no visto, el partido se convirtió en una especie de carrera de resistencia. Se jugó a empujones, pero nadie consiguió nunca dar el tiro de gracia.
Inca buscó mil y una soluciones para gobernar el duelo, pero su tránsito fue siempre un suplicio, especialmente en el tercer cuarto. Granada, que siempre había vivido por detrás en el marcador, logró equilibrar el partido en el 28*, aunque primero Miralles y después Mons se elevaron desde la línea 6'25 metros y compusieron de nuevo a su equipo (57-53). Granada se negó siempre a abandonar el partido, pero la sangre fría de Willy Villar y sus propios errores en posesiones determinantes le obligaron a respirar demasiado rápido. Los tiros libres acabaron forjando el éxito. La serie se estrecha. Continuará.
Menorca Bàsquet remonta 17 puntos y cobra ventaja
Menorca Bàsquet sabe que vuelve a tener un compromiso con la historia. El equipo de Quino Salvo remontó un partido imposible ante el Baloncesto León y cobró ventaja en la eliminatoria que disputa contra el campeón de la fase regular. El conjunto menorquín, que se fue al descanso 17 puntos abajo, guiñó a la épica y acabó superando a los de Roberto Herras ante el delirio de un pabellón abarrotado (76-75). Ciudad de Huelva, por su parte, logró su primera victoria en el 'playoff'. El equipo de Olmos derrotó al Huelva por 86-82 en un buen partido. Caprabo Lleida, por su parte, ganó en Córdoba y es el primer equipo en clasificarse para las semifinales (91-106).
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