La selección española de fútbol, que llegó a Oviedo, se enfrenta a
su semana decisiva en la fase de clasificación del Mundial 2002, la
que le puede asegurar, al menos, un puesto en la «repesca», si
derrota a Bosnia e Israel, en los próximos siete días. El conjunto
de José Antonio Camacho ha preparado, durante tres días en La Toja,
la etapa final de la clasificación, en un intento del técnico por
recuperar a unos jugadores que llegan al último tramo de la
temporada saturados de fútbol.
Una «descompresión» de los problemas de la Liga que no ha podido
ser completa, porque, en el balneario de La Toja, Luis Enrique supo
que tiene que dar por finalizado el campeonato, tras ser sancionado
con cuatro partidos, y los jugadores madridistas tuvieron que
defenderse de las acusaciones de haber dañado la fuente de Cibeles
durante las celebraciones del título de Liga.
La última polémica al margen de la selección la abrió también el
defensa Oscar Téllez, que anunció su intención de abandonar el
Alavés, porque «para seguir creciendo», precisa un club «con
mayores ambiciones». De esta forma, la selección ha llegado a
Oviedo, con anécdota incluida, porque tras estropearse su autocar
tuvo que utilizar el de la prensa para desplazarse al aeropuerto,
sin que el partido contra Bosnia haya aparecido en el horizonte más
que de una forma transversal, casi anecdótica. Y, sin embargo,
España puede dejar prácticamente resuelta su clasificación para el
Mundial, que comenzará justo dentro de un año, con dos victorias en
los próximos encuentros.
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