(OVIEDO)
La selección española buscará, hoy contra Bosnia, la forma de
lograr el camino directo hacia el Mundial 2002, una vía que pasa,
de forma obligatoria, por derrotar en Oviedo al conjunto de Miso
Smajlovic. Técnico y jugadores admiten que sólo vale la victoria,
que la clasificación a Corea-Japón está cerca pero que se decidirá
en septiembre, cuando el equipo español se enfrente a Austria. Para
ello, Camacho quiere que España sea una selección práctica, que no
se deje puntos por falta de concentración en jugadas a balón
parado, después de haber jugado mejor que el rival.
Su explícito «nosotros hemos jugado a la pelota y ellos al
fútbol», tras la derrota en el amistoso contra Inglaterra (3-0),
mostró cómo el técnico se dio cuenta de que España debía buscar el
camino directo, sin obsesionarse por el juego que ilusionó a la
afición en el arranque de su etapa. «Cuando se puede jugar se juega
y cuando hay que cortar se hace, porque la cuestión es ganar, para
dar fortaleza a nuestro fútbol», dijo ayer Camacho para resumir el
espíritu de su equipo, el mismo que le permitió derrotar, en marzo,
a Francia.
Camacho, no obstante, parece dispuesto a alinear a uno de los
ataques con más talento de Europa y propiciar el debut del
deportivista Diego Tristán, en el campo donde logró tres goles el
pasado 20 de mayo. Raúl González y Tristán, que suman 41 goles en
el campeonato de Liga, serán los encargados de abrir el previsto
cerrojo de una selección bosnia que admite sin rubor su
inferioridad y que tiene problemas de disciplina.
Bosnia, afiliada a la UEFA desde 1996, no ha conseguido restañar
con el fútbol las heridas de la guerra. Frente a España no podrá
contar con el centrocampista Hasan Salihamidzic, campeón de Europa
con el Bayern Munich y su combinado nacional todavía no ha logrado
aunar en un conjunto el gran talento que tienen sus jugadores.
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