Desde niños con dos meses de edad a veinteañeros devotos del
monopatín y el billar abrieron ayer de par en par las puertas del
Palau Municipal d'Esports con motivo de la inauguración de la I
Fira de l'Esport. Organizada por el Institut Municipal d'Esports,
la Fira se inauguró ayer por la tarde con un variado y completo
programa de actividades deportivas y recreativas, desde un circuito
de seguridad vial al refrescante balbuceo de los más pequeños en la
piscina de los que en el Palau llaman cariñosamente «pingüinos»,
pasando por demostraciones de gimnasia rítmica y psicomotricidad y
encuentros de los diferentes deportes: baloncesto, golf, billar,
tenis de mesa o escalada.
La inauguración oficial de este gran circuito lúdico-deportivo
estaba prevista a las seis y media de la tarde. Sin embargo, a las
cinco de la tarde eran ya más de mil los chavales que se habían
desplegado por todo el recinto interior y a explanada del Palau
Municipal d'Esports. Pese a ser día lectivo la afluencia de niños
de corta edad, adolescentes y veinteañeros fue en aumento hasta las
ocho de la noche, hora en que el recinto deportivo cerró finalmente
sus puertas.
A nadie debe extrañar, que hoy sábado, desde el momento en que
la Fira abra de nuevo sus puertas a las diez de la mañana, el Palau
d'Esports de Palma se inunde de chiquillería y padres orgullosos de
las habilidades de sus hijos en las tablas de gimnasia, haciendo
pinitos con el «aerobic» o demostrando que conocen la regulación
del tráfico.
La excelente temperatura registrada ayer por la tarde hizo, si
cabe, más activa la participación de niños y jóvenes en las quince
modalidades de deportes y pruebas recreativas celebradas en el
primer día de la Fira. Una feria en la que un centenar de jóvenes
voluntarios se encargaron de que nadie se perdiera en el recinto
deportivo intentando poner a prueba su destreza, mostar su espíritu
deportivo y, sobre todo, pasar una tarde «pipa».
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