La XXI Pujada al Puigmajor, puntuable tan sólo para el campeonato
balear, pasará a los anales del automovilismo balear por haber
batido el récord de inscripción, que aunque alto siempre, jamás
llegó a los 112 equipos inscritos. En esta ocasión la organización
corrió a cargo de la TR Balear, que además se permitió la licencia
de aumentar en dos kilómetros el circuito, recuperando las míticas
curvas de «els bancs» y «mirador de ses barques».
Deportivamente, la carrera se presentaba con un dificil
pronóstico a priori, dada la gran calidad de los pilotos. Las
quinielas apuntaban hacia Gaby Grau como posible vencedor absoluto,
con su Merlin-Hiper Mueble, pero no menos verdad es que Toni Roca
quería estrenar su Nissan Primera ex-Luis Pérez Sala de la mejor
forma en «casa».
Casi fue así, y aunque Roca se reservó bastante hasta la
puntuable final, finalmente se llevó el «gato al agua», brindando
una merecida victoria a su nuevo patrocinador. Grau no accedía a
los tiempos de cabeza, por desgracia para él, debido a una salida
de pista que le costó una carísima pérdida de tiempo, que le relegó
a la séptima posición.
Otro que se reencontró con las mieles del podio final fue Helmut
Kalenborn, que logró una estupenda segunda posición en la general,
a sólo tres décimas de Roca, superando en más de dos segundos al
tercer clasificado, un pletórico Fito Carasa, que se sintió como
«pez en el agua» esta vez con su Fórmula Renault Paladar. La
victoria en carrozados fue para un acertadísimo Dani Lozano, que
fue cuarto en la scratch con su ZX Kit Car.
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