Ibagaza, Luque, Carlos y Campano, paseando por Kössen. Foto: JOAN TORRES

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Por fin unas horas de asueto. Los futbolistas del Real Mallorca gozaron de unas primeras horas libres después de una semana de intenso trabajo. En seis días los jugadores de Bernd Krauss han realizado 16 sesiones de entrenamientos y han disputado dos partidos amistosos. Ayer madrugaron, como casi siempre, y realizaron una sesión corta de trabajo a las nueves de la mañana. Fueron unos 30 minutos de ligera carrera continua para desentumecer los músculos y, antes de las diez, los futbolistas se encontraban ya de regreso al hotel. El ambiente fue muy distendido a lo largo de toda la jornada, tanto en el entrenamiento, como también a lo largo de la tarde.

El resultado conseguido ante el Salzburgo en el último choque de preparación ha dejado muy satisfecho al grupo balear e incluso también al propio entrenador, aunque éste vio cosas que no le acabaron de gustar y que urge solucionar. Los jugadores se tomaron de una forma muy distinta la jornada de relax. Unos pocos "entre los que se encontraban Etoo, Biagini, Miki y Fatith" decidieron ir, junto a algunos preparadores del equipo, a Munich, dónde tuvieron mucho tiempo para recorrer sus calles y realizar diferentes compras. Otros hombres, como Paco Soler y Miquel Soler, acompañados por el delegado Damià Amer, prefirieron ir al torneo de tenis Genarli Open de Kisbur, todo un clásico en el calendario ATP.

Olaizola, Ibagaza, Campano, Luque y Carlos decidieron, a eso de las once de la mañana, desplazarse hasta el centro de Kössen. Curiosamente, ninguno de ellos conocía la localidad. Los cinco se pasearon por sus calles y despertaron la admiración de los vecinos de este pequeño pueblo del Tirol. No obstante, el grupo más amplio de futbolistas decidió no salir del hotel de concentración y, después de la sesión fotográfica "por si fuera necesario sacar un visado" los jugadores se recluyeron en sus habitaciones y, a la hora de comer, salieron del habitual comedor y dejaron parte de las ensaladas y pastas para degustar otros platos que contenía la carta del hotel Sonneck.

La de ayer fue una jornada de total y absoluto relax. Después de tantos entrenamientos el cuerpo agradeció un poco de tranquilidad. La televisión fue otro de los elementos que mantuvo entretenidos a los futbolistas, aunque algunos prefirieron la tertulia en la terraza e intentar hacerse con un recorte de la prensa mallorquina, a fin de comprobar lo que publican los periódicos sobre la concentración rojilla.