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EFE-EDMONTON
No pudo ser. José Antonio Redolat y Reyes Estévez se vieron superados por los acontecimientos en una final de 1.500 para la historia, en la que se consumó un enorme batacazo. Tanto el valenciano como el catalán, que defendía los bronces conseguidos hace dos años en Sevilla y hace cuatro en Atenas y era una de las principales opciones de medalla de la representación española, no pudieron con la supremacía que en la distancia ejerce el marroquí Hicham El Guerrouj, no defraudaron, en especial un Reyes Estévez que siempre estuvo entre los cinco primeros.

Desde los primeros compases de la carrera, el gran favorito, El Guerrouj, marcó la pauta al mismo tiempo que Redolat, a cada metro que se avanzaba, perdía una opción más de estar en cabeza. Por su parte, Reyes Estévez daba la cara, y viendo que la medalla de oro tenía propietario, se limitaba a entrar en la lucha por las restantes posiciones de podio.

Ritmo infernal
A la conlusión de la primera vuelta, el tiempo de 1:40 hacía albergar esperanzas de poder marcarse una buena marca. Reyes seguía enfrascado en esa quinta posición, aunque pronto fue ganando espacio y se aupaba hasta una cuarta plaza que alimentaba más si cabe la llegada de la cuarta medalla para la delegación española. Al segundo paso por meta, El Guerrouj marcaba 2:35 y empezaba la guerra de verdad, un combate que el marroquí se limitaba a ver desde la distancia, y para el que Redolat ya estaba descartado desde hacía bastantes metros.

El ritmo en los últimos metros fue infernal, permitiendo a El Guerrouj obtener una ventaja que le hizo encarar la recta de meta con la tranquilidad suficiente como para renovar los entorchados mundiales asolidos en Atenas 97 y Sevilla 99. Su tiempo de 3:30:68 se quedaba un poco lejos de la mejor marca, pero le servía para colgarse un nuevo oro.

Por contra, Reyes Estévez entraba en quinta posición, seguido de un José Antonio Redolat que en su estreno en los Mundiales se conoformaba con un sexto puesto. Atravesada la meta, Estévez se mostraba «enfadado conmigo mismo, pues buscaba la medalla, mi principal objetivo y por la que he luchado durante toda la carrera. Estoy cabreado, pues me he encontrado bien durante toda la prueba, pero el calor me ha pasado factura», destacó el catalán. José Antonio Redolat fue el más contrariado, pese a quedarse fuera de la lucha por las medallas con antelación. «No me encontré bien. Cuando me quise dar cuenta y acelerar el ritmo, la diferencia ya era insuperable», declaró.

La atleta mozambiqueña María Mutola, vigente campeona olímpica, se alzó con la medalla de oro en la prueba de los 800 metros lisos de los Mundiales de atletismo de Edmonton, tras parar el crono en 1:57.17.

La medalla de plata fue para la que se preveía su máxima rival, la austriaca Stephanie Graf, a la que superó prácticamente sobre la línea de meta y en el último suspiro, mientras que Letitia Vriesde se subió al tercer escalón del podio. La vallisoletana Mayte Martínez, de 25 años y que había sido tercera en su semifinal, fue la representante española en la final, contando con escasas opciones de medalla, por lo que concluyó en séptima posición. La española era la atleta que llegaba con peor marca a esta final, aunque el hecho de haber estado allí ya es suficiente premio para una atleta que ha brillado con luz propia en Edmonton.