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FERNANDO FERNÀNDEZ Alejandro Sanz hace temblar al fútbol español cada vez que su gira se acerca a un estadio. La Rosaleda ya sufrió la devastadora presencia del cantautor, que además de partir el corazón a sus fans, provoca el delirio de las mismas, que inconscientemente pagan el mismo con la hierba.

Esta vez le tocó al Real Mallorca y al Lluís Sitjar. Sanz hizo fama del apodo con el que es conocido en los círculos futbolísticos españoles. «Atila» pasó por Es Fortí y la hierba quedó maltrecha. Los jardineros del Real Mallorca ya han tomado cartas en el asunto, más teniendo en cuenta la proximidad del inicio de la Liga en las dos competiciones que se disputan en el campo de la Plaça Barcelona, la División de Honor Juvenil y la Segunda División B.

Al mismo tiempo, el lleno que registró el Sitjar "el mayor de su larga historia" ha dejado sus sello también en las gradas, donde los restos de recipientes, plásticos y demás dibujan un panorama desolador.

Es el legado del concierto del verano, una fiesta que a Benito Mateo y su equipo va a dar trabajo extra. Conociendo los antecedentes, el servicio de jardinería del club rojillo aprobará con nota la papeleta. Durante unas horas, el recinto que recopila una parte importante de la historia mallorquinista provocó el éxtasis, un exceso del que se repone.