Larry Richardson agarró la camiseta del Drac Inca junto a su nuevo
presidente y dejó en el aire los interrogantes que le perseguirán
hasta que la competición permita extraer conclusiones. El último
argumento del nuevo proyecto fue presentado en sociedad "poco
después de realizar su primera sesión de entrenamiento" y nadie se
decidió a lanzar el órdago de turno. No fue un ejercicio de
moderación desmesurada.
Ahora mismo, el nombre de Richardson dice poco en el concierto
profesional. Acabó su etapa de formación hace apenas dos temporadas
y su primera incursión lejos de la universidad se localiza en la
TNA. Y eso tampoco es una referencia fiable. Ni para lo bueno ni
para lo malo. En Argentina los clubes cambian de americano justo
cuando la aritmética deja de proyectar dobles figuras. Es una Liga
que ha adquirido competitividad, pero las cosas no suelen pensarse
dos veces. Richardson acabó jugando en el Atlético Junín porque en
el Quilmes "equipo de la máxima categoría" alguien decidió que no
continuara.
De hecho, éste es un aspecto en el que las versiones no
coinciden "el jugador aseguró en su encuentro con los periodistas
que acabó recalando en una categoría inferior por un tema
exclusivamente económico", aunque en el currículum de Richardson se
refleja un dato que no pasa inadvertido. Es un producto de la
Universidad de Indiana y ése es su mejor aval. En los Hoosiers no
juega cualquiera. «Cuando ataco me gusta encarar al defensor, creo
que asumo sin problemas el baloncesto físico y personalmente tengo
predilección por el juego rápido», advirtió el propio Richardson al
ser preguntado por su estilo de juego.
Su discurso fue sencillo. No aireó grandes pretensiones, aunque
tampoco tuvo problemas en reconocer que «aquí el nivel de juego es
más alto que en Argentina. No puedo opinar del equipo porque sólo
llevo un entrenamiento, pero la impresión ha sido francamente
buena». José Luis Oliete, que compareció junto al presidente
Sebastià Penya y su nuevo jugador, tampoco fue muy explícito a la
hora de hablar en público de Richardson. «Cualquier jugador del
equipo debe ser una referencia y todos deben ser importantes. Todos
esperamos que sea un buen año y Larry es uno más. Lo hemos visto
jugar en el poste bajo y la impresión ha sido buena, aunque todavía
es demasiado pronto para emitir juicios».
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