Fernando Vázquez descubrió las carencias de un Real Mallorca que
exhibió ayer su peor cara. Perdió por cero a tres, volvió a jugar
sin lateral izquierdo y anduvo deambulando por el césped la mayoría
de minutos. Las Palmas, bien colocado y controlando el centro del
campo, se hizo justamente con los tres puntos en juego. Errores en
defensa, continuas pérdidas de balón en la zona de creación y el
encontrarse con un portero enorme como Nacho González, motivaron
que la borrachera europea diese paso a la realidad de la Liga. En
los instantes iniciales del primer tiempo el Real Mallorca
destilaba buenas sensaciones. Sin embargo el corazón mandaba sobre
la cabeza y, a la vez que se veía a un equipo con ilusión por
ganar, también exhibía carencias importantes de las cuales el rival
muy pronto se dio cuenta.
Sin embargo el equipo de Vázquez empezó a verlas venir. Acumuló
una cantidad importante de hombres en la defensa y apenas dejaba
espacios. La iniciativa era del cuadro local pero Las Palmas
planteaba con inteligencia el encuentro aunque corriendo el riesgo
de que en una acción el Mallorca marcase. Al cuarto de hora la
banda izquierda bermellona era un coladero. Vicente juega muy bien
en su posición, en el centro de la defensa, pero Krauss quiso
convertirlo en lateral. La prueba resultó fatal. Las Palmas iba
estirando sus líneas, le echó cara al encuentro y apuntó con
peligro a la meta de Franco. A los 22 minutos el portero del
Mallorca tuvo que lucirse y reaccionar de manera espléndida ante un
cabezazo de Orlando. El grupo rojillo reaccionó de inmediato y
Vicente protagonizó la mejor oportunidad de su equipo pero llegó
una milésima de segundo tarde a una asistencia de Marcos.
Ambos equipos buscaban el gol y éste parecía que iba a
decantarse por el conjunto de Son Moix. Megía Dávila vio penalti de
Paqui a Novo y no dudó en señalar el punto fatídico. Luque cogió la
pelota, cuando terminó de discutir con Ibagaza y mandó el esférico
directamente al cuerpo de Nacho González. Oportunidad perdida. Las
Palmas siguió creciendo como siempre crecen los equipos de Vázquez.
Los rojillos se acostumbraron a perder pelotas en el centro del
campo y los canarios se acostumbraron a convertirlas en
oportunidades de gol. En una de esas, el esférico llega al ex
mallorquinista Pablo Lago que solo tuvo que driblar a Olaizola,
Novo, Soler y Niño para después colocar el esférico lejos del
alcance de Franco. Cero a uno y descanso.
En la reanudación las cosas no pudieron empezar peor. Niño no
logra atajar un balón en defensa, Orlando estaba al quite y sirve
una preciosa asistencia a Jorge que bate sin apenas impedimento a
Leo Franco. Krauss movió el banquillo, lo había hecho ya en el
descanso dejando fuera a Luque y dando entrada a Biagini. Tras el
segundo tanto entraron Carlos y Riera por Novo y Soler. El alemán
buscaba más nervio y mayor precisión en ataque. Las Palmas se veía
obligado a retroceder, ya que el Mallorca empujaba. Carlos, Ibagaza
y Biagini tuvieron opciones de marcar, pero siempre se encontraban
con un extraordinario Nacho González que, hasta el momento, lo
paraba todo. Pero era Las Palmas quien más crecido estaba. Carmelo
aprovechó un nuevo regalo de la defensa para marcar el tercero.
Vázquez volvió a Son Moix y devolvió a su ex equipo a la realidad
más dura, la de la Liga.
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