Josico despeja un balón durante un lance del partido.

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El Mallorca se plantó en Las Palmas con la retaguardia armada hasta los dientes, se olvidó del balón y cuando quiso arreglarlo el rival acabó pasándole por encima. De hecho, si para obtener cosas interesantes lo más sensato es apoderarse de la brújula y dirigir las operaciones hacia la otra portería, el cuadro balear tardó cuarenta y cinco minutos en darse cuenta de ello.

La racanería que han destilado los últimos planteamientos de Kresic parece tener mucho que ver en el caótico tránsito del Mallorca. Si amontonar jugadores en defensa ante Las Palmas y dejar a Luque en la más absoluta intimidad implica un respeto que sobrepasa la mesura, prescindir de Ariel Ibagaza en plena crisis también provoca preguntas. En el Insular el Mallorca sólo funcionó durante un rato y eso coincidió con la presencia del argentino en el campo. Se mire por donde se mire, Ibagaza es imprescindible en este equipo y despreciarlo durante toda la primera parte es atentar contra la lógica. El guión del partido volvió a ratificarlo.

El Mallorca se pasó todo el primer acto desenchufado. Su capacidad para trenzar alguna jugada de ataque resultó nula y así se entiende que todo su bagaje ofensivo quedara reducido a un disparo a balón parado de Albert Luque que rechazó Nacho González y un remate de Veljko Paunovic en pleno declive del primer tiempo que atajó el guardameta.

Veinte minutos después de que Jorge hubiera sellado una acción que le convierte en un jugador distinto al resto "control imposible y pase profundo para Tevenet", Las Palmas acabó encontrando premio grande en un error de Javier Olaizola. Samways botó un córner y la cabeza de Josico hizo el resto.

El Mallorca no cambió de aspecto hasta que su entrenador se decidió por Ibagaza "en el descanso y por Francisco Soler. No obstante, fue la irrupción de Roberto Losada la que acabó otorgando tangencia al gobierno bermellón. Suyo fue el pase de gol para Luque y la sociedad que pueden formar estos tres jugadores puede resultar interesante. Pero habrá que esperar. Ibagaza tuvo que retirarse lesionado media hora después de su ingreso y después de impactar con el palo derecho de la portería, justo en la jugada del gol.

Las Palmas no tuvo otro remedio que volver a mirar hacia el portal de Leo Franco. A base de empuje sacó una, logró forzar una falta en la frontal del área grande. El partido ya agonizaba, aunque la estrategia resultó determinante. Samways botó el libre directo y Schürrer cabeceó a la red. La acción estuvo cargada de polémica. El árbitro tardó tres minutos en conceder el tanto porque uno de sus jueces de línea se convirtió en su enemigo. Después llegaron las manos de Olaizola en el interior del área, una broma de mal gusto.