Hernán Bahos. SEOGWIPO.
Una valla perforada por cuatro goles de Roberto Carlos, Rivaldo,
Ronaldinho Gaúcho y Ronaldo fue lo que quedó ayer de la muralla
china tras chocar con la selección brasileña en partido de la
segunda jornada del Grupo C. La goleada por 4-0 deja a los
suramericanos con seis puntos y al menos el 90 por ciento del
billete para octavos de final a falta de un partido ante la
selección de Costa Rica, el día 13 en Suwon.
Sin puntos en las alforjas tras dos salidas, China prácticamente
ha dicho adiós a su primer Mundial, y el entrenador serbio Velibor
«Bora» Milutinovic al borde del fracaso en su intento de clasificar
para la segunda fase al quinto país que dirige.
Si el equipo brasileño se pudiera comparar con la pintura del
Renacimiento, habría que concluir que «El Greco» Roberto Carlos,
Rivaldo «Boticelli», «Miguel Angel» Ronaldinho Gaúcho y Ronaldo «Da
Vinci», sacaron ayer con sus goles y chispazos de brillo una vez
más a Brasil del oscurantismo futbolístico.
Como todos los principios del arte y sus manifestaciones, el
«renacimiento» goleador de Brasil fue difícil, casi un parto.
Y como sus manifestaciones resisten todos los puntos de vista,
saltarán miles de críticos para advertir que frente a un rival
infinitamente inferior como China, la elegancia, la luz y la
impresión el resultado brasileño fue apenas un espejismo teñido por
muchos goles.
Cuando Roberto Carlos capitalizó con potente remate de pierna
izquierda un lanzamiento libre cerca al área el partido comenzó a
ser un suplicio para los chinos.
La mejor condición técnica de los brasileños les otorgaba el
balón y las ocasiones se convirtieron en los goles de Rivaldo y
Ronaldinho Gaúcho. Brasil había dejado sentenciado el partido antes
de irse al descanso, pero China se mostraba incapaz tras la
reanudación. En la segunda mitad lo único destacable fue la
incursión por la banda derecha de Cafú que finalizó con un centro
al área pequeña que recogió Ronaldo para sentenciar.
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