Efe. IBARAKI (JAPÓN).
Como ocurrió en el partido ante Ecuador, los italianos marcaron su
gol y se dedicaron a cuidar la viña. En esta ocasión les entraron a
robar dos veces, entre otros motivos por que el equipo croata
tienen jugadores muy fogueados y cuenta con la experiencia de haber
sido tercero en la pasada edición de la Copa del Mundo.
Vieri marcó al principio del segundo tiempo, pero Olic y Rapaic
dieron la vuelta al tanteador. Al final, un disparo de Totti al
poste en el minuto 87 pudo haber equilibrado el marcador, así como
un gol anulado a Vieri por falta de Inzaghi cuando el partido ya
había entrado en los minutos de prolongación.
Los croatas, conducidos por Niko Kovac y con jugadores muy
habituados al estilo italiano de entender el fútbol, supieron
hilvanar varias jugadas ofensivas de calidad y a punto estuvieron
de adelantarse en el marcador.
Las buenas actuaciones de Pierluigi Buffon y un balón salvado
prácticamente en la línea de meta por Materazzi impidieron que
llegara el gol.
Fue un pequeño espejismo, ya que en el tramo final del primer
periodo los italianos retomaron la iniciativa, aunque su fútbol,
rácano como casi siempre, no dio para que la «azzurra» abriera el
marcador antes del descanso.
El segundo tiempo dio comienzo con un gol anulado a Vieri por
fuera de juego en una acción muy ajustada que, sin embargo, no
desanimó al delantero italiano. Era el minuto 50. Cinco minutos
después, un soberbio cabezazo del propio Vieri acabó en gol. Todo
hacía pensar en que el triunfo italiano estaba encarrilado.
Quedaban por delante muchas emociones, puesto que los italianos
se replegaron y dejaron la iniciativa en manos de Croacia, con la
intención de resolver el partido al contragolpe en acciones
aisladas de Cristian Vieri.
Aunque Croacia no encontraba con claridad el camino del gol y no
imponía un estilo de juego que le pudiera llevar al empate, en una
acción aislada, el recién incorporado Olic estuvo más listo que la
defensa italiana y estableció el empate.
Tres minutos después, una buena jugada de Croacia, que culminó
Rapaic con algo de fortuna, sirvió para dar la vuelta al marcador
ante la incredulidad de los italianos y los festejos de los
jugadores croatas.
A Italia le tocaba jugar a partir de entonces justo como menos
le gusta y puso cerco a la meta de Pletikosa en los pocos minutos
que quedaban para el final. Pudo empatar. Tuvo dos grandes
oportunidades, pero el poste y la anulación de un gol lo
impidieron, lo que permitió que los croatas puedan soñar con la
clasificación y resucitar tras una primera jornada en la que
desilusionaron a su hinchada al sumar una derrota justa a todas
luces.
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