Para Turquía está claro. Una derrota le envía de regreso y el
empate le obligaría a derrotar a China por más de dos goles.
«Para nosotros, el partido contra Costa Rica siempre ha sido una
final, porque si hubiésemos ganado a Brasil, otra victoria nos
pondría en la segunda fase», dijo el seleccionador turco, Senol
Gunes.
El equipo «tico» ha hecho unas cuentas parecidas, porque su
técnico, Alexandre Guimaraes, quería llegar al último partido,
frente a Brasil, con la tarea cumplida, sin la presión de jugarse
el pase a octavos frente al tetracampeón.
Por eso, Costa Rica se ha prepara para un duro partido, dominado
por el músculo. «Conociendo el temperamento de los turcos, sé que
se va a venir con todo y estamos preparados para eso», ha dicho
Guimaraes, que aguarda un rival «extremadamente competitivo, muy
agresivo».
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