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EUROPA PRESS. LONDRES.
Los enfrentamientos violentos protagonizados por aficionados ingleses tras el triunfo de su selección sobre Argentina (1-0), en el Grupo F del Mundial 2002, y que empezaron como una celebración, tuvieron como resultado un muerto y al menos diez personas detenidas, según informaron fuentes de la Policía británica. La trascendencia social y política de la contienda, que adquiere tintes relevantes cuando Argentina e Inglaterra se ven sobre un terreno de juego, sobrepasa los límites de lo estrictamente deportivo. Las victorias de la albiceleste en las últimas confrontaciones hacen más intensas las mismas para los aficionados británicos, que encuentran en el alcohol y la violencia las válvulas de escape más habituales.