El juvenil del Real Mallorca ya trabaja para reeditar viejos éxitos
y mantener el sensacional nivel que en los últimos tiempos le ha
llevado a instalarse entre las primeras potencias del balompié
juvenil nacional. Dos finales de Copa del Rey y una trayectoria
liguera más que convincente, avalan por el momento el trabajo que
se está llevando a cabo en la Ciudad Deportiva Antonio Asensio.
Esos resultados, unidos al goteo de talentos que brotan de las
categorías inferiores del club rojillo, son el mejor punto de apoyo
para Toni Cazorla y todo su equipo técnico, que este año lucharán
por alcanzar la gloria de la que tan cerca se quedaron a finales
del pasado mes de junio.
El equipo bermellón se ha adaptado a las circunstancias del
guión y ha tenido que alterar la estructura sobre la que se
sustentaba el grupo. La base del once que consiguió el
subcampeonato del grupo catalán y del torneo del KO, ha seguido su
camino alejandose de la categoría y ahora le ha llegado el turno a
una nueva remesa de futbolistas entre los que se mantienen algunas
piezas importantes como el internacional Guillermo Bauzà
«Bussy».
Entre el armamento con el que contará Cazorla, destacan las
incorporaciones de Miguel Manresa (Campos), Oriol Martorell
(Playas), Jaime Mut (Manacor), Pedro Vargas (Sallista) y Xavi Prats
(Premià), mientras que el resto del bloque se compone con jugadores
que prolongan su estancia en el equipo o que ascienden procedentes
de la segunda plantilla juvenil.
Para el técnico, el tratado de intenciones no dista demasiado de
la propia filosofía del club. «Lo que prima sigue siendo la
formación de los chicos, aunque intentaremos culminar una buena
campaña. Hemos variado el equipo y hombres que el año pasado
contaban con pocos minutos, asumirán ahora más responsabilidades»
destaca Cazorla en vistas al comienzo de liga, cuando es Fortí
recibirá al Barça en una gran ocasión para saldar deudas.
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