Lastras, de 26 años, preparó por la mañana con su director los
últimos kilómetros y entre ambos marcaron la estrategia, que
consistía en arrancar en el descenso y a tope hasta el final. Todo
salió bien y arregló la jornada al iBanesto.com. Entró con un
tiempo de 2h.48.52, a una media de 46'261 kms/hora por delante de
Luis Pérez (Coast), otra vez segundo, y del suizo Fabian Jeker
(Milaneza), ambos a 13 segundos.
El pelotón, roto desde el km 20, acabó con el grupo de favoritos
a 21 segundos y los demás a una «minutada». Un día salvado por los
Sevilla, Aitor González, Heras y Casero en vísperas de la
contrarreloj de Córdoba, pero no sin esfuerzo ni tensión, que
fueron las notas dominantes de la jornada, en las que no hubo
cambios en la general y Sevilla siguió de oro escoltado en el
cuadro de honor por el kazako Vinokurov (Telekom) y de su compañero
González, candidato a la hora de vestir la prenda dorada.
Una etapa que en principio tenía cara de inocentona se tornó
emocionante y trascendente a partir del kilómetro 20, cuando a
consecuencia de la alta velocidad a la que se rodaba, el pelotón se
dividió en dos partes. Los favoritos estuvieron todos atentos y se
colocaron delante, pero a Francisco Mancebo (iBanesto.com) le pilló
en babia, por lo que tanto él como su equipo fueron sometidos al
castigo de perseguir a la desesperada sin ayuda de nadie. Un
calvario para el equipo de Unzue.
Roberto Heras y Àngel Casero se salvaron de milagro de sufrir la
humillación de Mancebo, quien se retiró desmoralizado en el km 88.
Manolo Saiz dio orden para que el ONCE tirase a destajo en cabeza y
el Kelme echaba una mano en el proyecto con Sevilla y Aitor
González a buen recaudo. Antes, en el km 35 también se bajaba de la
bicicleta el campeón del mundo Óscar Freire, con problemas en la
rodilla y ya pensando en el Mundial de Zolder.
La retirada del líder del iBanesto.com fue un palo para el
equipo, cuyo director, Eusebio Unzue, no encontró una explicación
razonable: «Tenía mucha ilusión y al ver que la diferencia era
insalvable se hundió anímicamente y no era capaz de dar pedales»,
dijo. En la misma tesitura resistió hasta el final el italiano
Danilo di Luca (Saeco), otro de los grandes.
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