En espera del hombre llamado a marcar la diferencia, el
yugoslavo del Barcelona Dejan Bodiroga -baja de última hora por
culpa de unas inoportunas molestias inguinales-, los nacionales de
la ACB, donde más del cincuenta por ciento de los jugadores son
extranjeros y comunitarios, han vuelto a demostrar el peso
específico que el contingente español tiene dentro de esta exigente
competición.
Los internacionales que disputaron el pasado Mundial de
Indianápolis constituyen la mejor prueba del importante papel que
los jugadores de casa desempeñan en la Liga. Felipe Reyes y Carlos
Jiménez, determinantes en el 60-67 que el Estudiantes arrancó de la
pista del Lucentum, han dado una buena muestra.
Reyes anotó doce puntos, capturó dieciocho rebotes y resultó
decisivo en los minutos finales. Jiménez también firmó dobles
figuras con trece puntos y trece rebotes. Mientras, Oriol Junyent
ponía la réplica en el equipo alicantino con diecisiete puntos
-máximo anotador del partido- y siete rebotes.
Otros dos mundialistas, Carles Marco y José Manuel Calderón,
también brillaron en el duelo de la jornada, el que enfrentó al
Joventut y al Tau en Badalona. Marco -trece tantos y cinco
asistencias en 31:58 minutos- puso al cuadro catalán con un punto
de ventaja a falta de tres segundos, aunque el finlandés Hanno
Mottola le aguó la fiesta gracias a un triple inverosímil desde
nueve metros sobre la bocina. Calderón, pese a jugar menos (17:06)
fue una de las claves del Tau. El protagonista del Pamesa-San
Fernando (81-69) fue José Antonio Paraíso firmó la mejor tarjeta
del cuadro valenciano.
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