Raikkonen y Alonso repitieron el triunfo y el tercer puesto,
respectivamente, de hace dos semanas en Malasia, después de que el
finés cubriese las 53 vueltas a la pista del autódromo José Carlos
Pace, de 4.309 kilómetros -inicialmente estaban programadas 71- en
un tiempo ganador, en el momento de la suspensión de la carrera, de
una hora, 29 minutos, 53 segundos y 179 milésimas.
Alonso se exhibió en condiciones adversas en la tercera prueba
del Mundial con un pilotaje cerebral que tuvo como premio un nuevo
podio y el tercer puesto -ya en solitario- en el Mundial de
pilotos, aunque no recibió la recompensa de una nueva foto en un
podio al que no pudo subir, ya que en el momento de la ceremonia
estaba siendo atendido en la clínica del circuito.
El genial piloto asturiano sufrió un fuerte golpe en la pierna
izquierda tras salirse de pista pasada la curva Juncao cuando se
encontró en la misma con los restos del coche del australiano Mark
Webber (Jaguar), accidentado instantes antes en idéntico sitio, lo
que motivó la suspensión definitiva de un Gran Premio al que le
quedaban como mucho 27 minutos de vida para completar las dos horas
máximas y en el que se batió el récord de neutralizaciones. Alonso
mantuvo en vilo a la afición española cuando fue trasladado en
helicóptero hasta el hospital San Luis de Morumbi, en Sao Paulo,
aunque rápidamente se supo que el percance no revestía gravedad
alguna y que la revisión había de ser rutinaria y por precaución,
como confirmaba a EFE en ese momento su representante, el ex piloto
de F-1 valenciano Adrián Campos.
La lluvia caída durante la jornada dominical sobre el circuito
de Interlagos -en ocasiones con gran intensidad- marcó el
desarrollo de un Gran Premio espectacular y cargado de incidencias
ya desde la salida, que se dio con quince minutos de retraso y fue
lanzada por el coche de seguridad, detrás del cuál los bólidos
rodaron en estricto orden de salida durante las primeras ocho
vueltas.
En el momento de la primera aceleración, Alonso ya había
mejorado un puesto el décimo de la clasificación, debido a la
entrada en boxes del italiano Giancarlo Fisichella (Jordan), que
acabaría tercero y en la décima vuelta ya era séptimo, tras una
colisión sin consecuencias entre Ralf Schumacher (Williams-BMW) y
Jarno Trulli. El coche de seguridad salió seis veces en pista. En
una carrera de locura, Fisichella rebasaba al finlandés justo antes
de que se sucediesen los accidentes de Webber y de Alonso. La
carrera se suspendió, pero al italiano, que se creía ganador, se le
incendió el coche en boxes.
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