En las siete temporadas de vida de la LEB, Drac Inca nunca se ha
visto en una situación tan acuciante como la que afronta a partir
del miércoles. Las series por el descenso dejan en el aire el
futuro de los de Xavi Sastre y ante el Ulla Oil Rosalía un fallo
puede suponer un fracaso de dimensiones industriales. El miércoles
y el viernes, Drac Inca debe cerrar en el Palau un playoff
dramático ante el que se supone que es el peor equipo de la
categoría.
El único paso por el Palau del cuadro gallego se saldó con
triunfo para los santiagueses, lo que supone toda una advertencia
para los de es Raiguer, para los que el factor cancha es una
ventaja a la que deben aferrarse para no forzar un desenlace en
Galicia.
En cuatro apariciones por las eliminatorias, bien por el ascenso
o bien por la salvación, la historia esgrime argumentos
contundentes en contra del Drac Inca. Esos cuatro cruces se han
saldado con sendas derrotas ante rivales de diversa entidad.
Durante la temporada 96/97, Fernando Merchante y Jaume Ventura
llevaron al grupo inquense a las series por el título, en las que
el Lucentum Alicante se impuso por un tres a dos global después de
que el Inca forzara un quinto encuentro en el Centro de
Tecnificación.
La temporada siguiente ofreció una LEB en la que la baja de
última hora del Andorra impidió que las eliminatorias por el
descenso salieran adelante. El Inca, con Jaume Ventura en el
banquillo, finalizó la liga regular en última posición, pero el
carácter cerrado de la liga permitió seguir disfrutando de
baloncesto de plata.
El curso 98/99 significó el adiós de Ventura, pero los malos
resultados condujeron al Inca a un playoff de descenso sin
consecuencias. El Sondeos del Norte condenó a los de Pep Miquel
Arbúcies a un 1-3 sonrojante.
Con Paco Olmos, en el curso 99/00, el panorama cambió de forma
radical y la ilusión regresó al Palau. Las provocaciones de Rafa
Sanz y la experiencia del Cajasur de Córdoba cerraron el camino
hacia el ascenso de un Drac Inca que volvió a ceder en el último
asalto (3-2) en un Vista Alegre a rebosar.
Aires nuevos llegaron con José Luis Abós. El Drac Inca firmó su
mejor posición en su tránsito por la liga regular y el quinto
puesto le llevó a un enfrentamiento plagado de emoción ante el
Granada, que de la mano de Antonio Gómez Nieto regresó a la máxima
categoría. Otra vez, el 3-2 dejaba fuera a los gualdinegros e
impedía un enfrentamiento en semifinales ante Menorca, supuesto que
hubiera llevado a un equipo de Balears a la ACB.
La pasada campaña, José Luis Oliete salvó al equipo de las
series por eludir el descenso y ahora Xavi Sastre tiene la opción
de aprobar la asignatura pendiente.
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