MALLORCA B: Alberto (**), Camacho (**), Toni González (*), Rafita (*), Campos (*), Aguado (*), Elías (*), José (*), Tuni (-), Raúl Martín (-) y Enric Pi (-).
Cambios: Reynés (*) por Elías y Ramis (*) por Camacho.
ESPANYOL B: Gorka (*), Ceballos (**), Herita (**), Moisés (**), Català (**), Jaime (*), Bruno (*), Corominas (*), Jonatan (**), Crusat (**) y Luismi (*).
Cambios: Carlos (*) por Corominas, Sergio (*) por Luismi y Cebri (*) por Jonatan.
Àrbitro: García Pulido, del comité grancanario (*). Regular y auxiliado por unos linieres demasiado lentos. Mostró cartulina amarilla a Camacho, Enric Pi, Jaime, Bruno y Crusat.
Goles:
0-1, minuto 9, Luismi.
1-1, minuto 45, Raúl Martín.
Fernando Fernández
El filial complica un poco más su existencia dentro del grupo tercero de la Segunda B con un empate estéril a efectos clasificatorios y que convierte las tres citas que restan en el Sitjar como ineludibles para mantener la categoría.
La visita del Espanyol B tuvo un emocionado inicio. Los jugadores de Tomeu Llompart saltaron al terreno de juego portando una camiseta en la que expresaban su recuerdo emocionado hacia Anatoli y Amate, ambos aún recuperándose del accidente que padecieron días atrás.
La velocidad de los blanquiazules resultó definitiva a la hora de romper a un Mallorca B sorprendido por el eléctrico arranque del cuadro de Tintín Márquez, que en el minuto nueve se ponía por delante gracias a una jugada trenada que Luismi finalizaba con claridad ante un Alberto Cifuentes que poco podía hacer para evitar el tanto.
El carril izquierdo balear no carburaba y Toni González se veía desbordado en cada acción. El Mallorca B aparecía con cuentagotas en el área de Gorka. Tuni dispuso de una oportunidad de oro para lograr el balón de oxígeno que precisaba el once de Tomeu Llompart. Bruno cortaba con la mano dentro del área una asistencia desde la banda derecha y Rafita era el encargado de ejecutar una pena máxima que iba a parar a la base del palo izquierdo. Pero Raúl Martín estaba en el lugar adecuado para recoger el rechace y establecer el empate que a la postre resultaría definitivo.
Con la moral por las nubes, el Mallorca B ponía la directa en la segunda mitad, pero nuevamente el Espanyol marcaba su terreno y tomaba la iniciativa del partido. En la primera aproximación catalana, Jonatan enviaba fuera de forma inexplicable un balón franco ante la única presencia de Alberto Cifuentes.
Una posible pena máxima cometida sobre Raúl Martín y una oportunidad sobre la misma línea de gol servían de epílogo para un encuentro que sirve para agotar una nueva oportunidad para respirar.
La permanencia se ubica en la cifra de cuarenta y tres puntos, pero los números del Mallorca B no invitan al optimismo en una segunda vuelta que ha condenado a los seguidores que domingo a domingo acuden al Lluís Sitjar a estar abonados al empate, un marcador que pierde peso con las jornadas.
LO MEJOR: El Espanyol B
LO PEOR: El juego balear
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