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El Mallorca está negociando la contratación de Jaime Pacheco, técnico portugués que actualmente dirige al Boavista. Mateu Alemany ha iniciado las conversaciones con el preparador luso, al que ya pretendió la pasada temporada, para que se haga cargo de la plantilla balear tras la negativa de Gregorio Manzano a seguir en el club rojillo una campaña más.

Nacido el 22 de julio de 1958, Jaime Pacheco debutó como entrenador en 1992 en el Paços Ferreira, pero alcanzó la mayoría de edad como técnico cuando llegó al banquillo del Boavista durante el curso 97/98. A la temporada siguiente logró que el conjunto verdiblanco alcanzara el subcampeonato de Liga, en una de las mayores sorpresas del fútbol portugués. En la 99/00 el Boavista logró la cuarta posición, pero al año siguiente el modesto conjunto luso consiguió una plaza para disputar por primera vez en su historia la Liga de Campeones.

En la primera fase los portugueses fueron el equipo revelación y finalizaron en la primera plaza de su grupo por delante de conjunto de primer nivel como Liverpool, Borussia Dortmund o Dinamo de Kiev. Luego, Bayern de Munich y Manchester United se cruzaron en su camino.

Pasa por ser un entrenador duro, con una gran capacidad para sacar a la luz a futbolistas anónimos y con una obsesión: el trabajo. En Portugal es uno de los entrenadores mejor considerados y su currículum le avala. Ha logrado que el Boavista se convierta en una de las referencias del balompié luso en los últimos años, y ahora trata de dar el salto al fútbol español.

El Mallorca considera que reúne el perfil ideal para hacerse cargo de la plantilla y tiene el visto bueno de la propiedad, que también le considera como un entrenador de gran proyección. A pesar de que la secretaría técnica también había considerado la opción de José Manuel Esnal, Mané, todo apunta a que si Pacheco acepta las condiciones que le propone el Mallorca, la próxima semana podría ser presentado como nuevo técnico del conjunto bermellón. De momento, las negociaciones ya se han iniciado y esperan cerrarse en cuestión de horas para que pueda estar el día 24 al frente de la plantilla.