Claudia, de dos años, fue la principal destinataria de tal
original manera de celebrar una victoria por parte de su padre, un
corredor que fue décimo la pasada temporada y que tras varias
temporadas intentándolo por fin logró «lo mejor que le puede pasar
a un ciclista».
El corredor madrileño afincado en El Barraco (Avila), tierra de
campeones, cumplió su sueño en el Tour del Centenario, como pocos
días antes otros dos españoles, Iban Mayo y Juan Antonio Flecha. El
apellido Sastre quedará para siempre en la historia de la etapa
Toulouse-Domaines, de 197,5 kms, en la que entró solo en
5h.16.08.
Mientras el español celebraba su segundo triunfo desde que
debutara en profesionales en 1997 en las filas del ONCE, en el
grupo de favoritos se producía un hecho de especial trascendencia:
el líder Armstrong confirmaba que no es ni de lejos el corredor
dominador de otras temporadas.
Después de dos ataques de Mayo y uno de Vinokurov el americano
sacaba al aire su debilidad y Ullrich, al tanto de la jugada
decidió asestarle un golpe al casi intocable norteamericano, un
aviso que se tradujo en 7 segundos, no demasiado tiempo, pero muy
significativo porque al tetracampeón del Tour ya le han perdido el
miedo.
Ullrich entró en progresión a 1.01 de Sastre, acompañado de
Zubeldia, un corredor en forma que también osó en toser al tejano
del US Postal, que atravesaba la línea a 1.08, viendo de lejos el
dorsal de sus rivales. Vinokurov se dejó unos segundos, como Mayo,
1.59. Mancebo no pasó el corte de los grandes y pagó con 3.06
minutos.
Sastre empezó a construir su gesta en el difícil ascenso a
Pailheres. Salió del grupo junto a Mercado, ambos alcanzaron a
Rubiera, que abría la carrera y juntos bajaron el puerto e
iniciaron el decisivo de Domaines. A 7 kms de meta se marchó solo y
sufriendo en aquellas duras rampas y entre el aplauso de sus
hermanos y amigos, cogió las alas que le entronizaron como rey de
la etapa.
«Salí del ONCE hace dos años en busca de esto. Allí estaba
supeditado a muchos líderes y me llamó Riis para el CSC. Me dieron
libertad y confianza y hoy he recogido el premio», dijo Sastre,
quien hace unos días llegó tarde a la salida por entretenerse con
unos amigos.
Con estas interesantes aventuras en el primer final en alto de
Pirineos la general se apretó aún más. Ullrich ya sube igual o
mejor que Armstrong y le pisa lo talones a 15 segundos. El kazako
del Telekom es tercero a 1.01 y Haimar Zubeldia se confirma como
baza española, es cuarto a 4.14. Por cierto, Sastre se aupó al
noveno puesto de la general después de su exhibición de ayer.
El Tour cobró ayer más emoción en vísperas de etapas colosales,
y la historia está preparada para cualquier cosa. Los que empezaron
a hablar del quinto de Armstrong han parado las máquinas. Hay Tour,
aunque el líder no siente «ningún pánico», pero la demostración de
ayer del alemán Ullrich y de los hombres del Euskaltel le pueden
complicar las cosas en las dos próximas jornada de alta montaña.
Nada está decidido y puede saltar la sorpresa.
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