Lorenzo cruzando la línea de meta.

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Efe |RIO DE JANEIRO
El mallorquín Jorge Lorenzo (Cajamadrid Derbi) logró ayer la primera victoria de su carrera deportiva al imponerse de una forma sobresaliente en el Gran Premio de Río de Janeiro de 125 c.c. que se disputó en el circuito Nelson Piquet.

Lorenzo, el segundo piloto más joven de la historia en ganar un gran premio de motociclismo, por detrás el italiano Marco Melandri, protagonizó una magistral carrera y en todo momento estuvo con el grupo de cabeza, lo que le permitió analizar el comportamiento de todos sus rivales. Aunque tampoco le hizo demasiada falta, pues cuando se lo propuso los adelantó por donde quiso, tanto por dentro como por fuera de la trayectoria de las curvas del sinuoso circuito carioca.

En la salida quien más falló fue precisamente Pedrosa, al que su Movistar Honda le dejó algo clavado y por ello que en el primer giro pasase duodécimo, mientras que por delante salió como una exhalación el húngaro Gabor Talmacsi (Aprilia), seguido muy de cerca por el sanmarinense Alex de Angelis (Aprilia). Al liderato de Talmacsi le siguió el de Pedrosa, posteriormente fue Lorenzo y también tuvieron sus momentos de gloria el sanmarinense de Angelis y el australiano Casey Stoner (Aprilia). Pero quedaba la última vuelta y estaba claro que en ese giro se la iban a jugar prácticamente todos los que aspiraban al triunfo, entre los que había quedado ya descartados al estar algo rezagados de ese grupo Stefano Perugini y también Héctor Barberá, Gabor Talmacsi y Andrea Dovizioso (Honda).

Por delante el ritmo lo marcaba Stoner, Daniel Pedrosa lo intentó en 132 varios sitios desde el cuarto lugar, pero el piloto de la Cajamadrid Derbi no estaba dispuesto a dejar pasar su oportunidad y tras responder en todas las ocasiones al ataque del catalán pasó a la acción y de una sola vez adelantó tanto a Alex de Angelis como a Casey Stoner, primero lo hizo con un bonito exterior pleno de coraje y valentía y después en la siguiente apurada de frenada, ya que sus rivales no cejaron en ningún momento en su empeño.