INCIDENCIAS:
Unos 14.000 espectadores en el estadio Son Moix. En el minuto 31, se registró una «pañolada» después de que el colegiado Teixera Vitienes dejara sin señalar una falta a Nené en el borde del área sevillista.
Carlos Montes de Oca
El Mallorca sigue instalado en la duda, parece desorganizado y sólo la rabia que surge cuando la derrota se cruza en su camino le salva de situaciones límite. El grupo de Pacheco se arriesgó a la derrota con momentos de fútbol anodino y a la vez estuvo cerca de agarrar tres puntos increíbles. Fue el partido del miedo, un combate nulo entre dos púgiles que encogieron el puño cuando pudieron noquear a su rival. El Sevilla, con un disparo de Casquero que escupió el poste con 0-1; el Mallorca, con un remate a bocajarro de Etoo que despejó Notario en la recta final.
Le costó al Mallorca entrar en el partido. El Sevilla le apretó en los primeros minutos y le asustó con la diestra de Darío Silva y la velocidad de Reyes. Eso fue después de un piscinazo de Bruggink ante Notario.
Reyes, una pesadilla para Lussenhoff, encendió la mecha del primer gol. El sevillano peleó un rechace con Marcos, el balón cayó a pies de Darío Silva, que obstaculizó a Lussenhoff cuando éste se disponía a despejar y convocó al 0-1. La posible falta del delantero puso a la grada en contra del árbitro y despistó a los jugadores.
El Sevilla se gustaba y presionaba. El Mallorca, simplemente miraba, se dejaba llevar y se empeñaba en flagelar a la grada con una irritante mezcla de impericia y desacierto.
Diez minutos después del 0-1, un misil de Casquero en el lanzamiento de una falta se estrelló en el poste derecho de Miki. Incomprensiblemente, el Sevilla se deshizo tras esa acción. Aflojó en la presión y ofreció huecos y espacios a los delanteros mallorquinistas. El Mallorca disfrutó con tan inesperada cortesía y vivió feliz durante los minutos previos al descanso, en los que hizo méritos para igualar.
Samuel Etoo alzó la voz y tocó a zafarranchó. Con Campano y Toni González desaparecidos, Colsa y Marcos apagados, el camerunés tomó el mando de las operaciones. Una jugada marca de la casa acabó en los pies de Marcos, que despertó a Notario de su letargo con un buen disparo.
El Mallorca ofrecía síntomas de recuperación y lo elevó al marcador. Una falta de Javi Navarro a Bruggink, que protestó el banquillo visitante, originó el empate. El holandés mimó el balón, fijó el punto de mira y sacó de paseo a su diestra con un golazo que firmaría Beckham.
Tras el descanso, el equipo de Pacheco cambió sus ropajes y recuperó su agresividad gracias en parte a Joaquín Caparrós. El técnico sevillano quitó a Reyes, el mejor del primer tiempo, por Antoñito, en una declaración de intenciones en toda regla. El Sevilla intentó ralentizar el ritmo, se situó con orden muy atrás y le cedió el protagonismo a su portero.
Tras el arreón inicial, volvió la desidia. El partido se transformó en un bostezo perpetuo que sólo despertó Etoo con una jugada que merecía el triunfo. El camerunés recibió un gran pase de Marcos, encaró a Notario pero su disparo lo despejó el portero hispalense con los pies. Después llegó el conformismo de ambos equipos, el estreno de Martín Ligüera, una pañolada al árbitro y un empate agridulce que no le permite al Mallorca asomar la cabeza.
Tres partidos en Son Moix y tres goles. Arnold Bruggink mantiene su eficacia cuando juega en Palma. El delantero holandés ha marcado en los tres partidos oficiales que ha disputado esta temporada el Real Mallorca en su estadio.
Bruggink inició esta racha en el partido de ida de la Supercopa de España. El holandés remató un preciso pase de Samuel Etoo que en aquel momento significó el empate. En la segunda jornada de Liga, con el Zaragoza como rival, Bruggink remachó otra gran acción de Etoo. Y ayer, contra el Sevilla, evitó la derrota con un gol de falta directa.
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