Jaime Pacheco, con la mirada perdida poco antes de iniciar el encuentro ante el Sevilla. Foto: JOAN TORRES
El Mallorca ya ha girado la vista hacia Europa, hacia la UEFA, ese torneo del que en los últimos años siempre ha salido escupido de forma prematura, en las primeras rondas. El club isleño vuelve a tener una dimensión internacional dos temporadas después de que el Slovan Liberec le sacudiera en su última participación, allá por el curso 2001/02, cuando cayó desplomado desde la Liga de Campeones y luego no fue capaz de superar al conjunto eslovaco. Apenas horas más tarde de que el Sevilla subrayara el discreto inicio de Liga del equipo de Pacheco, los rojillos van y se topan con la UEFA Cup, una competición que desprende una sensación especial. Sea porque en Europa todo tiene más repercusión, o porque la historia del Mallorca no está granada de grandes acontecimientos -a excepción de la última década-, este tipo de partidos sirven para encajar a los baleares en el grupo de los elegidos, porque jugar en el viejo continente no está al alcance de todos si militas en la mejor liga del planeta. Es más, los bermellones han llegado vía Copa del Rey, otra de los canales para entrar directamente en la UEFA.
Lo cierto es que el Mallorca se ha encontrado en dos ocasiones con este torneo, y siempre ha sido después de caer eliminado en la Champions. Primero lo hizo en la temporada 99/00, después de perder ante el Molde en la fase previa de la Liga de Campeones. Su trayectoria acabó en cuartos de final, cuando el Galatasaray fulminó al equipo que dirigía Fernando Vázquez. Luego, y después de jugar la primera liguilla de la competición más prestigiosa del continente y ceder ante Schalke 04 y Arsenal, el Mallorca se encontró nuevamente en la UEFA. Aquella campaña nefasta (2001/02) se cerró con una eliminación a manos del Slovan Liberec, que le ganó al conjunto de Kresic los dos envites.
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