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El Mallorca tiene el viento a favor para seguir escalando. El grupo de Pacheco visita al Albacete con la autoestima reforzada por la victoria del pasado miércoles ante el Apoel Nicosia y dispuesto a extender su racha victoriosa. Ganar en campo del colista, el único equipo del torneo que no ha puntuado, se antoja un trámite obligado para un conjunto que quiere instalarse definitivamente en la zona noble de la Liga. El triunfo en Chipre descubrió a un Mallorca con nuevos recursos.

Los balones importantes no son ya exclusiva de Samuel Etoo. Arnold Bruggink ha aparecido en escena como actor principal. El holandés ya suma cuatro goles en competición oficial y se ha destapado como un rematador nato. El ex delantero del PSV es un tipo que no se arruga. No tiene la velocidad de Ronaldo ni la clase de Zidane, pero lucha a brazo partido con cualquier defensa y también sabe rebañar en ataque esos balones sin dueño.

La visita a las catacumbas de la Liga llega en un momento clave. Ganar hoy en Albacete estimularía aún más los ánimos de la plantilla antes de afrontar la «etapa reina» del campeonato. Y es que después de la visita que rendirá Osasuna a Son Moix dentro de siete días, el Mallorca iniciará a mediados de octubre una serie de encuentros de alto voltaje con Atlético, Barcelona, Deportivo y Valencia como rivales.