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El pasado fin de semana se produjo en Nerva (Huelva) un extraño incidente en el que un árbitro mallorquín aparece implicado como principal protagonista. Joan Llompart Pou, un colegiado isleño afincado en Andalucía por motivos laborales se ha visto salpicado por una denuncia interpuesta por la trencilla María José Àvila, en la que ésta asegura que se vió obligada a suspender un encuentro de Primera provincial debido a los insultos y amenazas que recibió por parte del balear. Àvila declaró ante la Guardia Civil que había sido incordiada a través de referencias como «cuando estuviste en Mallorca le comiste el coño a Carolina Doménech y posiblemente la polla a su padre», algo que Llompart Pou niega rotundamente al asegurar que si bien existió una disputa, ésta nunca no llegó al extremo que apunta la denunciante. María José afirmó también que durante la primera mitad del encuentro recibió los continuos insultos de Llompart y que debido a esa presión, suspendió el choque en el descanso aquejada de una crisis nerviosa.

El conflicto se originó tras un encuentro de juveniles que había sido dirigido por Llompart. Tras el mismo, se jugaba el partido entre el Nerva y el Paymogo que debía dirigir Àvila. Según la versión del balear, ambos coincidieron en el vestuario y se inició una pequeña discusión. «Es cierto que discutimos y que tal vez la insulté, pero todo lo narra en su denuncia es falso. Puedo demostrar que sólo estuve diez minutos en el campo y la Benemérita lo sabe».

La denuncia contra el mallorquín, que también ha interpuesto una contra la colegiado, recoge además un enfrentamiento verbal con el padre de Àvila. Las diferencias vienen de lejos, ya que Llompart ejercía como cronometrador en el Comité andaluz y sus posturas habían chocado a raíz de los resultados de unas pruebas.