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El partido del morbo ya está aquí, con Luis sentado en el banquillo del Mallorca y Manzano en el del Atlético. Ha sido una semana larga, densa, de poco contenido futbolístico -siquiera la cita europea ante el Apoel- porque el encuentro se ha jugado en los medios. Desde que Aragonés fuera presentado el pasado lunes, todo se ha ido deteriorando, y acabó ayer con unas declaraciones de Gil en las que decía que el de Hortaleza quiso vender a Fernando Torres. Va ser algo más que un simple partido, porque están en juego tres puntos muy importantes y porque da la sensación de que todo el mundo va estar pendiente de las evoluciones de los dos técnicos; Ibagaza, Novo, Colsa o Nagore pasarán casi desapercibidos (Vicente Calderón, 19.00 horas, PPV).

Con todo, al final lo relevante van a ser los puntos. El Atlético se somete a un nuevo plebiscito ante su hinchada, y el grupo isleño tiene la obligación de empezar a sumar lejos de Son Moix. Así, Manzano ha preparado algunos cambios para recibir a los mallorquines, y de entrada jugará Nicolaidis en la punta de ataque junto a Torres, otro punto de atención. Además, el técnico de Jaén va a probar con Simeone de central, en busca de cerrar la hemorragia que sufren los rojiblancos atrás. Ibagaza y De los Santos serán el tránsito del balón, y el juego por las bandas la principal amenaza de los colchoneros en ataque. Si Burgos, que se ha entrenado en los últimos días con relativa normalidad, no puede jugar finalmente, su plaza la ocupará el joven guardameta Juanma.

Parece que lo de menos es el partido, porque todo ha sido superado por la previa. Es como si diera igual que Ligüera se haya quedado en Palma, o que Poli regrese al once inicial tras superar sus molestias físicas, o que Burgos esté pendiente de su faringitis. Los focos van a ocuparse de los banquillos, del manido saludo entre los dos entrenadores, incluso de la rueda de prensa posterior. El choque dio inicio el pasado lunes, y ahora ya da la sensación de que es algo pretérito. Sin embargo, el Atlético tiene muchas urgencias, y el Mallorca otras pocas. Por eso todo se ha multiplicado, porque los dos equipos tienen mucha prisa y se encuentran en un punto común, entre la incomodidad y la necesidad.