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El primer gran proyecto deportivo engendrado por Jaume Matas y Pepote Ballester en la presente legislatura no acaba de agradar a todos los sectores que conforman la gran familia del deporte balear. El compromiso adquirido por el Ejecutivo con José Miguel Echávarri y Eusebio Unzúe se extiene a lo largo de tres temporadas y supondrá, en su primer año, un desembolso que rondará los cuatro millones de euros, cifra que puede dispararse si los resultados acompañan durante el curso.

La idea de contar con un equipo ciclista profesional que pasee el nombre de las Islas por las grandes carreras del calendario entraba en los planes de Ballester, que buscaba un vehículo de promoción turística sin parangón, a la vez que conseguir uno de los grandes objetivos pretendidos desde Presidència i Esports, apostar por grandes acontecimientos. Pero en el resto del mapa deportivo no ha sido tan bien recibida la iniciativa. Una buena parte de las Federaciones critica la falta de información recibida y el oscurantismo con el que se han llevado las negociaciones. «Lo lógico es que nos hubieran dicho algo.

Las noticias que tenemos son por la prensa. Creo que con mil millones de pesetas, tendríamos un equipo de baloncesto campeón de Europa y se podrían potenciar más actividades, pero en especial la base», comentaba Jaume Estarellas, presidente de la FBIB, para el que «con ese dinero se podrían hacer otras cosas. La gente está enfadada e inquieta, pues el dinero de aquí debe destinarse a los deportistas de Balears, que pueden y deben salir beneficiados», añadió el carismático dirigente de uno de los deportes con más federados y practicantes en su haber.