La plantilla mallorquinista retomó el trabajo diario. Foto: T.MONSERRAT

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Con la autoestima regenerada, pero con un partido más sobre sus espaldas, el Mallorca dirige nuevamente su atención a la Liga. El campeonato exige plena dedicación para un equipo cuya marcha se ha congelado y que necesita trasladar al torneo doméstico las virtudes que pasea por el viejo continente. Luis Aragonés, que se ha cansado de repetir durante la semana que «el patrimonio del Mallorca es la Liga», ha recuperado ese discurso para concienciar a su plantilla de la importancia del partido de mañana y enviar un mensaje envuelto por la necesidad: «Es pronto para hablar de finales, pero el encuentro ante el Murcia es vital», advierte.

El entrenador mallorquinista insistió en su preocupación por que el equipo se adentre en una línea de resultados acorde con la calidad del plantel y espera que la visita del cuadro pimentonero conlleve un efecto balsámico para los intereses del club. «No podemos estar dos días bien en bastantes aspectos, otros que hay que mejorar, y otros dos mal, eso no puede ser. Hay que tener una regularidad importante», afirma. «Yo siempre he dicho que soportar tres competiciones es complicado. Esto ya es un enfrentamiento directo y hay que sacarlo».

Aragonés considera que «estamos a disgusto en la competición» y cree que cuanto antes se salga de esa espiral antes comenzarán a llegar los beneficios colectivos. Luis explicó también que espera un Murcia liderado por «un entrenador (Peiró) que se las sabe todas» y «que sabe jugar a la contra sensacionalmente sin renunciar al gol. Ya no es sólo su técnico, porque dentro del equipo tiene muy buenos jugadores a los que conozco», apunta el preparador.