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Efe|OSLO
Iñaki Sáez, seleccionador español de fútbol, medita ya en Oslo los posibles cambios que modificarán su once titular con respecto al equipo que alineó el sábado en Valencia, y mañana ya en el Ullevaal Stadium se podrá ver de entrada el sustituto en el centro de la zaga de Carlos Marchena, que es baja por sanción. Suplirle directamente por César, del Deportivo, o bien pasar a Puyol al centro e incluir a Raúl Bravo en la izquierda son las dos alternativas que maneja el técnico. El día que Sáez dio la lista en la Ciudad del Fútbol ya avisó que César se incorporaba por si alguno veía una sanción y justificando su presencia por la envergadura y la garantía que ofrece desde siempre en el juego aéreo. De ahí, que César se asome un poco más a la titularidad, si no cambia su estrategia y su pensamiento inicial.

«No tengo decidido aún el once y hay que esperar a mañana», dijo Sáez en el aeropuerto de Oslo después de tres horas y media de viaje. La selección posteriormente se desplazó en autobús hasta su hotel, situado a unos 50 minutos del aeropuerto. Mucha niebla. Un grado bajo cero. Es lo que marcaba el termómetro en Oslo, a la llegada de España que fue recibida como la misma frialdad por parte del público. Apenas si hubo gente en el exterior, aunque sí un puñado de cámaras que perseguían a Raúl e Iker Casilas y por supuesto a su héroe, Esper Johnsen, quien también llegó a la misma hora en otro avión con su selección desde Valencia.

Los españoles pasaron el vuelo tranquilos. Con buen ambiente, viendo en vídeo la película «El Lápiz del carpintero», basada en la novela de Manuel Rivas. La entrada de Valerón por Fernando Torres se presenta como el segundo argumento táctico. Todo apunta a que el centrocampista del Deportivo sería de la partida y por tanto Torres iría al banquillo. Las bandas son la tercera pata del banco. Si entra Joaquín por Joseba Etxeberría y Vicente por Reyes serían otras de las claves de una selección que no teme al frío. La expedición española trajo a Oslo su material «anticongelante»: gorros, camisetas especiales, guantes y demás intendencia, aunque alguno como Iker Casillas está dispuesto a jugar con su manga corta habitual. En Noruega todo es alegría y a la vez vértigo. La ciudad ya está engalanada con luces de Navidad en sus centros comerciales. Aún no se creen el resultado de la ida. Un 2-1 que les da opciones y licencia para soñar. Frode Olsen, el ex sevillista que juega ahora en el Viking de Noruega, apuntó que en su país «la gente está ilusionada».