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Una vez despachado sin demasiado brillo el trámite europeo, el Mallorca vuelve a aparcar sus sueños continentales para fijarse exclusivamente en la Liga. Los cambios, las rotaciones y los experimentos que habían monopolizado la actualidad deportiva del equipo durante la semana, pasan a un segundo plano porque las exigencias del campeonato así lo reclaman y Aragonés, que no se cansa de repetir que el patrimonio del club habita en la competición doméstica, retoma su verdadera reválida dispuesto a culminar definitivamente la rehabilitación del grupo balear (Son Moix, 17.00 horas). Para conservar el buen aspecto que ha adquirido el equipo en las últimas jornadas y alterar definitivamente su mentalidad, el Mallorca recibe a un Betis castigado por las circunstancias que no ha logrado desprenderse aún de las sospechas que viene generando desde el nacimiento de la temporada. El conjunto que dirige Víctor Fernández circula por el torneo a la misma velocidad que el once isleño -ambos están empatados a catorce puntos- pero las dudas sobre su rendimiento se han incrementado a raíz de sus últimas actuaciones y su futuro requiere un golpe de efecto de manera inmediata.

En el seno del Mallorca todo parece volver a la normalidad después la cita ante el Copenhague, que si bien no despejó los interrogantes acerca de la profundidad del plantel rojillo, si contribuyó a oxigenar el vestuario tras una carga importante de minutos. El técnico madrileño echará mano de todo su arsenal para sacar adelante el enfrentamiento y presentará una alineación que es casi un calco de la que formó sobre el césped de Anoeta. Leo regresa a la portería tras la exhibición europea de Miki, Poli devolverá la lógica al carril izquierdo y Lussenhoff repetirá en el corazón de la zaga junto a Fernando Niño. De cintura para arriba, el once se mantendrá bajo el mismo patrón que ha diseñado Luis ultimamente después de que Colsa haya dejado atrás sus molestias físicas para sumarse de nuevo a la dirección del juego balear.

En el Betis se observan algunos paralelismos pero los sevillanos llegan al partido más deteriorados que el Mallorca. En medio de una situación deportiva titubeante, las bajas han asolado esta semana la caseta verdiblanca, que ha perdido a Dani, Denilson, Marcos Assunçao y Capi justo antes de una prueba que en el Ruiz de Lopera ha sido señalada como punto de partida. Eso hará que los béticos pierdan en calidad y les impedirá apoyarse en uno de sus recursos más característicos, el juego a balón parado. Los números revelan que el Betis -que acumula cuatro jornadas sin ganar- ha sido capaz de imponerse en dos de sus cinco últimas apariciones en Son Moix, aunque ha salido malparado en las otras tres. Su último triunfo en la Isla (1-3) se produjo hace dos temporadas y estuvo a punto de precipitar al cuadro isleño hacia el abismo de la Segunda, mientras que en el pasado ejercicio capituló (2-1) justamente ante la escuadra de Manzano.