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Uno llegó en silencio, sin hacer ruido, con una final de la Copa Libertadores con el Santos como principal tarjeta de presentación. El otro se presentó en la isla como el buque insignia del primer proyecto Cursach, como enuevo Ibagaza y como titular indiscutible de la selección uruguaya. Cinco meses después, el desconocido ha sido una de las sorpresas del Mallorca en la primera vuelta, mientras que la teórica estrella podría causar baja en las próximas horas. El brasileño Anderson Luis de Carvalho, Nené (Brasil, 1981) y el uruguayo Martín Ricardo Ligüera (Uruguay, 1980) representan la cara y la cruz del Real Mallorca en el primer tramo de la Liga.

Nené es un jugador de los antiguos. Ya no quedan demasiados futbolistas que se atrevan a encarar al rival, que desbordan, que visten el partido con repertorios de caños o taconazos. La fantasía del brasileño ha alegrado más de una tarde de fútbol tosco y aburrido. Suplente de Toni González en la era Pacheco, Llompart le dio la alternativa desde el inicio.

La llegada de Luis Aragonés le apartó del once en un par de encuentros. Pero Nené se rebeló. Inconformista nato, el brasileño despertó el interés de su entrenador con su exhibición en Copenhague. Aquella tarde le abrió las puertas de la titularidad y en su zurda reposan un buen puñado de asistencias. Debe mejorar su trabajo físico y su relación con el gol.

El rendimiento de Martín Ligüera no se puede calificar por su presencia sobre un terreno de juego, sino precisamente por todo lo contrario. El mediapunta uruguayo sólo ha gozado de una oportunidad en toda la primera vuelta del campeonato -diez minutos ante el Sevilla en la cuarta jornada- y desde entonces sus presencias se han limitado a algunos minutos en competición europea.

A pesar de que era el principal candidato para dejar su ficha al nigeriano Finidi George, el club optó por Stankovic... aunque eso no asegura que Martín Ligüera termine la temporada. Y es que el club ya divisa en el horizonte la posibilidad de contratar a otro futbolista extracomunitario. En ese caso, Ligüera regresaría al país del que salió cargado de ilusión el pasado mes de agosto para iniciar una aventura decepcionante.