El Mallorca ha invertido más de 5 millones de euros (unos 900
millones de pesetas) en Son Moix desde que en 1999 empezara a
utilizar las instalaciones del estadio municipal. Esa cantidad, que
supone más del 30% del coste global del recinto (18 millones de
euros), proviene en parte del dinero que la Liga de Fútbol
Profesional (LFP) aportó en su día para la remodelación del Lluís
Sitjar. El club isleño lo ha utilizado para ajustar el campo a las
normativas de la Liga, es decir, tornos, salidas de emergencia,
seguridad...
La SAD balear no ha parado de invertir en Son Moix desde que el
30 de octubre de 1998 el pleno del ajuntament de Palma diera luz
verde al convenio entre el consistorio y el Mallorca, por el que la
entidad rojilla podía utilizar la instalación durante 65 años. En
1999 el equipo rojillo disputaba su primer partido en Son Moix ante
el Real Madrid tras abandonar el Lluís Sitjar, y a partir de
entonces ha tenido que hacer frente a inversiones millonarias. Tal
y como explicaba el convenio, el club se debía hacer cargo del
mantenimiento de la instalación y eso le ha costado a la sociedad
anónima más de cinco millones de euros. Cuatro años más tarde, el
Mallorca ya es un poco más propietario del recinto municipal.
Son Moix se ha convertido en una campo moderno y muy funcional,
pero el club y la hinchada siguen pensando que eliminar la pista de
atletismo y cubrir la tribuna de sol y los fondos lo convertirían
en un estadio ejemplar. La gran batalla del mallorquinismo pasa por
eliminar la pista de atletismo, algo que ayudaría a ampliar el
aforo y a abaratar el coste de los abonos. El último ejemplo llega
desde San Sebastián, donde la Real Sociedad va a remodelar Anoeta
para construir el Gipuzkoarena, un campo que prescindirá de la
actual pista y que contará con centros comerciales e incluso un
hotel de cuatro estrellas.
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