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DRAC INCA 92
GRANADA 87

DRAC INCA (20+15+27+30):Javier Bulfoni (28), Stevie Johnson (14), Nkechi Ezugwu (15), Matías Ibarra (5), Jesse Young (20), -cinco inicial- Alberto Alzamora (0), Sergio Rodríguez (4) y Antonio Bustamante (6).

27 de 49 en tiros de dos puntos, 7 de 12 en triples y 17 de 23 en tiros libres. 38 rebotes (24 defensivos y 14 ofensivos) y 27 faltas personales.

GRANADA (18+17+15+37):Juan Carlos Liñán (7), Daniel Romero (10), Aaron McGhee (16), Jesús Fernández (10), Macho Ordín (17), -cinco inicial- Fran Rueda (11), David Mesa (0) y David Doblas (9).

22 de 40 en tiros de dos puntos, 9 de 20 en triples y 16 de 21 en tiros libres. 22 rebotes (14 defensivos y 8 ofensivos) y 22 faltas personales.

Àrbitros:Palenzuela (Castilla-León) y Santana (Canarias). Eliminó por cinco faltas personales a Matías Ibarra y Nacho Ordín (Minuto 39).

Incidencias:Los jugadores del Drac Inca lucieron camisetas en las que invitaban a donar órganos.

Fernando Fernández

La muñeca de Bulfoni y su irrupción en el partido dieron la inyección necesaria al Drac Inca para que su futuro no se tiñera de negro. Los resultados de la jornada y la visita del Granada no presagiaban buenas sensaciones, pero el conjunto de es Raiguer hizo gala de la garra que le define en las situaciones límite y tumbó a uno de los aspirantes al ascenso (92-87), con lo que se mantiene imbatido en el Palau en lo que llevamos de segunda vuelta. Jesse Young se erigió en protagonista durante los primeros diez minutos. Catorce puntos -con una serie de 7 de 8 en tiros de dos- y cuatro rebotes le avalaban. Ezugwu se unió a la fiesta, pero el Granada apeló a la ley del mínimo esfuerzo para seguir metido en el encuentro (20-18).

El único argumento del grupo de Sergio Valdeolmillos eran los lanzamientos desde 6'25. La fortuna no les sonreía, pero tampoco a Bulfoni, que se reservaba para cuando el equipo más precisara de su saber hacer. Las pérdidas de balón -17 en total- eran la cruz del Drac Inca, castigado por las faltas personales. La entrada en pista de Pecile y Rueda aportó aire fresco y nuevas ideas a un Granada que lograba una de sus contadas ventajas en el electrónico (25-28). Un triple de Sergio Rodríguez devolvía al partido al Inca (30-28), que mantenía el control del rebote, pese a que los andaluces se resistían a quedarse atrás.

Claro está, hasta que surgió la indispensable figura de Javier Bulfoni. El escolta se volvió a poner el mono de trabajo y con ocho puntos en los primeros minutos del tercer cuarto invirtió el signo de la contienda (43-37). El pulso entre McGhee y Young, con Ezugwu en la sombra, inspiraba un final eléctrico. Bulfoni permitió al Inca demarrar (60-50). Eran los peores momentos del Granada, algo que aprovechó Stevie Johnson para apuntillar sobre la bocina y camino del último episodio de la contienda (62-50).

Las muñecas se impusieron a la fuerza bajo los tableros en los diez minutos que decidieron el cruce. La cuarta falta de Ibarra era lo peor que le podía pasar a un Inca que echó mano de Bustamante. El momento cumbre llegó cuando dos triples y Johnson y otro de Bulfoni rompieron por completo a los andaluces (71-54). Pero la historia parecía que se iba a repetir. Drac Inca encaraba la recta final con una cómoda renta en el luminoso y el Granada despertó para darle más emoción al desenlace. Un parcial de 1-10, con Rueda en plan estelar, porovocaba el suspense (81-77). Fue el instante de mayor tensión, pues parecía que todo se iba al traste y el fantasma de las posiciones de descenso comparecía por el playoff.

Viendo que tenía opciones de hacerse con la victoria, el Granada se aferró a la posibilidad de arañar una victoria que minutos atrás parecía utópica echando mano de los tiros libres. Constantes faltas que buscaron desequilibrar a los mallorquines no resultaron suficientes para inclinar la balanza a su favor. Dos triples de Rueda y Ordín metieron en miedo en el cuerpo al Palau, pero el temple de Ibarra y Bulfoni desde la línea de tiros libres, unido a una pérdida de balón de Rueda a dos segundos para el bocinazo final, permitieron que el Palau respirara (92-87). Aún resta una porción importante, la más trascendental del curso, pero el Drac Inca sigue basando la permanencia en los partidos como local, la mejor oportunidad que tiene para demostrar que posee uno de los quintetos más solventes de toda la competición.