DRAC INCA (23+13+26+20): Bulfoni (20), Johnson (10), Ezugwu (14), Ibarra (7), Young (24) -cinco inicial- Alzamora (6), Rodríguez (1) y Bustamante (0).
23 de 49 en tiros de dos, 6 de 16 en triples y 18 de 27 en tiros libres. 46 rebotes (28 defensivos y 18 ofensivos) y 20 faltas personales.
CB PLASENCIA (15+19+21+26):Robles (2), Stewart (7), Gianella (16), Owens (19), Rubio (10) -cinco inicial- Palacios (6), Salas (8), Lledó (13), Ferrero (0) y Beltrán (0).
22 de 40 en tiros de dos, 8 de 26 en triples y 13 de 16 en tiros libres. 27 rebotes (19 defensivos y 8 ofensivos) y 22 faltas personales.
Àrbitros: L. de Lucas y F.J. Zafra. Eliminaron por cinco faltas personales a Ezugwu (min 38).
Incidencias: Se guardó un minuto de silencio por las víctimas del atentado terrorista de Madrid.
Albert Orfila
Definitivamente. En el Palau el Drac Inca es otro equipo. Se transforma la escuadra balear en su centro de operaciones y todo es posible. Incluso ganar un partido imposible. Sucedio anoche ante el líder, cuando se repuso a una desventaja de cuatro puntos en veinte segundos (77-81) y se apropió de un triunfo clave para su rehabilitación. Todo ante el Plasencia, al que los números han convertido en el mejor equipo de la competición.
Al ritmo de sus tiradores, el Drac Inca gobernó con solvencia durante el primer cuarto. Ante un adversario obsesionado por refugiarse en una defensa zonal, Steven Johnson y Javier Bulfoni impusieron sus credenciales. Paciente y con buenos porcentajes, el cuadro balear no tuvo excesivos problemas para abrir una primera vía de escape (21-13) y disparar su renta hasta los diez puntos en el nacimiento del segundo cuarto tras una canasta de Jesse Young (25-15).
Había iniciado su habitual rotación el Drac Inca. Alberto Alzamora entró en el «cuatro» por Ezuwu y Sergio Rodríguez suplió a Johnson. El gesto pasó factura. El Plasencia decidió defender al hombre y el partido pasó a otro escenario. El ataque balear perdió solvencia. La línea exterior quedó a un segundo plano y también la consistencia dentro de la pintura. Alzamora encontró demasiados centrímetros cada vez qúe alzó la cabeza y la aportación de Sergio Rodríguez fue testimonial.
Emerge el líder
El Plasencia aprovechó la tesitura. Con Àlvaro Palacios -por fuera- y Terrence Steward -por dentro- como principales referencias emergió con potencia hasta consumir toda la renta local (32-32 en el minuto 16). Bulfoni y Young mantenían el tipo, aunque el Inca no tuvo más remedió que tirar de nuevo de Ezuwu y del díscolo repertorio de Johnson, un jugador tan explosivo como imprevisible (36-34, al descanso).
Entero y fresco, el cuadro extremeño había dejado claro que su repertorio era extenso. Dani García había administrado minutos entre nueve jugadores, aunque quizás el problema es que tuvo demasiado tiempo en pista a Perico Sala, un jugador que aprieta los dientes en defensa pero que es deficitario en demasiadas facetas del juego. El Plasencia había asustado, pero todo se quedó en eso.
El Drac Inca tiene en nómina al mejor escolta de la competición, un jugador capaz de inventar cualquier cosa en ataque y que probablemente agradecería un poco más de orden. Bulfoni fue quien lo escribió casi todo cuando subió la temperatura del partido. Eso y la inestimable ayuda de Young mantuvieron a su equipo a flote. Como siempre, Johnson, aparecía y desaparecía, aunque la brújula estaba en manos de los mallorquines (45-30 en el minuto 24 y 62-55 en el 30').
El Plasencia seguía sin bajar los brazos. Impotente ante Ezuwu y Young, sus exteriores le permitieron seguir respirando. El Drac Inca se movía bajo las coordenadas de Bulfoni, aunque su nivel defensivo también era notable. Eso le permitió recuperar varias posesiones y el gobierno en el marcador. Eso si, a su baloncesto andaba sobrado de vigor y huérfano de critero. Por eso el duelo acabó acomodado sobre un final eléctrico, en un cara o cruz que resolvió la manopla de Young.
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