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José A. Pascual|MADRID
El derbi londinense Chelsea-Arsenal ha sido la bomba del sorteo de los cuartos de final de la Liga de Campeones, celebrado ayer en la sede de la UEFA en Nyon, en los que habrá un reencuentro morboso de Fernando Morientes, delantero del Mónaco, contra el Real Madrid, el club al que pertenece y que le tiene cedido en el Principado.

El Milán, actual defensor del título, se verá las caras con el Deportivo, el verdugo en octavos del subcampeón, el Juventus, y el Oporto, sorprendente vencedor del Manchester United y ganador de la anterior Copa de la UEFA, se enfrentará con el Olympique Lyon, otra de las revelaciones de la presente edición del torneo continental.

La fortuna ha querido que, a tenor de los futuros enfrentamientos de semifinales, sea imposible otro duelo fratricida hasta la final. Francia y España, por lo tanto, no vería medirse a sus equipos, Lyon, Mónaco, Real Madrid y Deportivo, hasta una hipotética final.

Había tres posibilidades de duelos entre equipos de un mismo país, y el azar decidió que los dos clubes londinenses se encontraran en busca de una plaza en semifinales, en la que el ganador jugará ante el ganador del Real Madrid-Mónaco.

Será una nueva edición de un derbi que enfrenta al actual dominador del fútbol inglés, el Arsenal que lidera el francés Thierry Henry, y al ambicioso proyecto del multimillonario ruso Roman Abramovich que conduce el técnico italiano Claudio Ranieri.

Por momento de juego y factor campo, el Arsenal parte con la vitola de favorito. De hecho, ha ganado hasta ahora los tres partidos que ha disputado esta campaña ante el Chelsea. No obstante, en los derbis nada está escrito y puede ocurrir cualquier cosa.

Será la primera vez que se encuentren dos equipos ingleses en una competición europea desde que los clubes del país fueron readmitidos en los torneos continentales en 1991 tras seis años de sanción.

El Real Madrid evitó a los grandes cocos, pero se encontrará con el Mónaco de su cedido Morientes, un equipo con una capacidad ofensiva notable que cuenta también con otro gran artillero como el croata Dado Prso, y si no que se lo digan al Deportivo, que en la primera fase salió del Louis II con un 8-3 adverso.

El equipo del Principado, dirigido por Didier Deschamps, un gran amigo de Zinedine Zidane, encabeza la Liga francesa y, por lo tanto, será un enfrentamiento entre los líderes francés y español.

Lo peor para el Real Madrid en el sorteo es que tanto en los cuartos de final como en la hipotética semifinal tendrá que jugar la vuelta lejos del Bernabéu.

El otro superviviente español, el Deportivo, se verá las caras con el vigente campeón, el Milán, así que tendrá que volver a Italia después de dejar en la cuneta al Juventus de Turín.

El equipo de Javier Irureta quiere seguir haciendo historia y en esta oportunidad contará con la teórica ventaja de jugar la vuelta en Riazor, factor no decisivo pero sí importante. Los deportivistas tienen un buen recuerdo además de San Siro, de donde han salido airosos. El Milán, que superó con algún que otro apuro al modesto Sparta de Praga, cuenta este año con la irrupción estelar del joven brasileño Kaká, quien se ha unido a un ataque ya de por sí demoledor, integrado por el ucraniano Andriy Shevchenko, Filippo Inzaghi y el danés Tomasson.

La otra eliminatoria de cuartos de final tendrá como protagonistas a dos de las revelaciones del torneo, el Oporto y el Olympique Lyon. La final de la presente edición se disputará en el moderno Arena AufSchalke de Gelsenkirchen (Alemania) el 26 de mayo.