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Al Real Mallorca no se le dan nada bien los equipos colistas. El conjunto de Luis Aragonés ya ha demostrado varias veces a lo largo de esta temporada que se siente incómodo ante los equipos que se hallan en una situación límite y quiere acabar con esta tendencia mañana en La Condomina. El bloque insular ha acumulado a lo largo del curso tres derrotas ante rivales que estaban hundidos en el último puesto de la clasificación y aspira a dejar atrás esos registros ahora que el margen de error comienza a agotarse.

La negativa tendencia de los malloquinistas ante adversarios en apuros empezó a gestarse en la tercera jornada de la competición, cuando el equipo visitaba el estadio de San Mamés. Los insulares se cruzaban entonces con un Athletic que habia sido incapaz de sumar un sólo punto hasta la fecha. Los bilbaínos tampoco habían conseguido ningún gol y se destaparon con una exhibición ofensiva a costa del once que dirigía Jaime Pacheco (4-0).

La historia se repetía un par de semanas más tarde en el Carlos Belmonte de Albacete. El Mallorca se trasladaba hasta tierras manchegas para enderezar su rumbo en el torneo doméstico y allí se encontraba con la oposición de un equipo que estaba sumido en una corriente problemática. Aún así, los hombres de César Ferrando zarandearon al grupo insular (2-0), que recibía una dura bofetada que originaba la primera crisis de la campaña. El Albacete provocaba también la destitución de Jaime Pacheco y echaba sal sobre las heridas isleñas.