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La del domingo no será una jornada convencional. Lejos de lo que viene significando el transcurrir de la Liga durante esta temporada, Son Moix se apartará de la indiferencia para recibir a la Real Sociedad entre un ambiente distinto y especial. Las declaraciones de Luis del pasado viernes, en las que aseguraba que el partido ante el Murcia constituía la primera de ocho finales, han quedado enterradas por el resultado de La Condomina, pero ahora vuelven a cobrar protagonismo porque la importancia del encuentro se ha multiplicado. Ahora ya no valen las excusas.

En función de lo que deparen el resto de resultados, una victoria podría disparar a los bermellones, pero una caída podría acarrear el efecto contrario y dificultaría cualquier tipo de respuesta. Los ocho partidos que restan por delante medirán el estado de ánimo de un conjunto muy castigado como consecuencia de sus últimas actuaciones. La de la Real es además una confrontación directa porque la distancia entre ambos equipos es mínima.

Una vez solventado ese exigente trámite, los baleares deben desplazarse a Sevilla donde le espera un Real Betis sin excesivas preocupaciones sobre la tabla, pero con el orgullo herido a raíz del «caso Losada». A continuación, el cuadro de Aragonés recibe a un Villarreal espoleado por sus aspiraciones europeas, pero que podría presentarse en la Isla sin demasiadas cosas en juego y eso favorecería los intereses locales. Valladolid será la siguiente parada en la escalada isleña y si lo pucelanos están salvados, el panorama del partido variaría considerablemente.