«Ha utilizado, nunca mejor dicho, los medios de prensa para
mentir, desinformar y, de paso, insultar a todos los béticos y a mí
personalmente», agrega la carta abierta del directivo bético. Ruiz
de Lopera expresa su «más profundo arrepentimiento por haber
permitido que ensuciase de nuevo nuestra casa» en alusión a la
vuelta de Luis al club bético, tras un fugaz paso por el banquillo
en la temporada 1981-82. «Voy a ser más elegante que Ud. y no me
referiré a las motivaciones íntimas, personales y familiares, que
ambos conocemos, y que le forzaron urgentemente a abandonar nuestra
ciudad. Le emplazo a que públicamente y cara a cara debatamos sobre
las mismas, y si Ud. me autoriza se las haré conocer a mi afición»,
agrega la carta.
Ruiz de Lopera puntualiza que Aragonés se marchó del Betis «por
razones personales, no de club ni de estructuras, ni nada de nada:
se marchó porque su personalidad es la de un cobarde que huye,
desde hace años, de los problemas de su profesión, de los problemas
personales». El presidente del club andaluz también se refiere a la
reunión que tuvo con Aragonés en Madrid para firmar su finiquito y
que «como no acertaba a comprender por qué se marchaba -luego ya lo
supimos-, le exigí ante nuestro vicepresidente y un asesor
jurídico, que escribiese los motivos».
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