Todos los miembros del consejo de administración, a excepción de Francisca March, antes de la reunión de ayer. Foto: MIQUEL ÀNGEL CAÑELLAS
El consejo de administración del Real Mallorca SAD ha decidido plantarse. Los accionistas del club acordaron en la reunión de ayer no mejorar la oferta que inicialmente le han presentado a Luis Aragonés para su renovación, y que asciende a 900 mil euros (140 millones de pesetas). La entidad no va a aceptar las exigencias del técnico madrileño -solicita 1'2 millones de euros- y así se lo comunicará hoy Mateu Alemany a Pepe Navarro, agente del entrenador de Hortaleza. Además, queda pendiente la continuidad de Jesús Paredes, preparador físico del equipo, y cuya renovación se tratará al margen de la actual negociación.
El dirigente, sin embargo, apuntó que las diferencias económicas eran notables y que el Mallorca tiene «una limitación económica de la que no nos podemos salir por una cuestión presupuestaria. El fútbol se ha puesto muy complicado y tenemos que valorar todo de forma muy detenida para no vernos en situaciones como en la que se encuentra ahora el Celta. Nosotros tenemos la obligación de administrar de la mejor manera nuestros recursos, que son escasos», agregó. Alemany no quiso entrar a valorar si actualmente Luis Aragonés está más cerca o más lejos de ser otro año entrenador del Mallorca, pero recalcó que «nosotros seremos coherentes y rigurosos en la defensa de nuestros recursos económicos. Estamos en una negociación y llegaremos hasta nuestro límite. Si el míster considera que la cantidad no es la adecuada, esto acabará aquí y no pasará nada». «Se trata de ver lo que el Mallorca puede o lo que el consejo quiere pagar a Luis Aragonés, que, en cualquier caso, siempre será superior a lo que pagaría a otro entrenador», sentenció Mateu Alemany.
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