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Carlos de Torres|CHARLEROI
El estonio Jan Kirsipuu, un veterano sprinter de la vieja escuela que está a punto de cumplir los 35 años, reapareció ayer con victoria en la primera etapa del Tour disputada entre Lieja y Charleroi, de 202 kilómetros, en la que el suizo Fabian Cancellara mantuvo en una dura jornada el maillot amarillo. La época de Kirsipuu parecía archivada en la historia y muchos pensaban que solo se limitaba a ganar carreras de segundo orden, pero se elevó por sorpresa para estrenar las etapas en línea del Tour 2004 por delante de todos los guepardos que no hace mucho le cerraban el paso. El velocista del AG2R se impuso ante el australiano Robbie McEwen y el noruego Thor Hushovd con un tiempo de 4h.40.29, mientras que el gran Alessandro Petacchi se conformaba con la octava plaza. El estonio, que cosechó su cuarta etapa en el Tour, aporta un curioso dato: en 10 participaciones nunca logró llegar a París. Con su victoria reivindicó el papel de los viejos sprinters del pelotón y demostró que sigue siendo de primera fila.

El suizo Cancellara salvó una dura jornada de lluvia, en la que se produjeron caídas y hubo de trabajar a fondo ante escapadas que ponían en peligro el doble interés del Fassa Bortolo de mantener el liderato y preparar la llegada a Petacchi. Seguirá de amarillo con Hushovd pisándole los talones a 4 segundos y Lance Armstrong en la tercera plaza de la general a 10. José Iván Gutiérrez, del Illes Balears, perdió dos puestos en la general y quedó quinto a 16 segundos. Sexto es Oscar Pereiro, del Phonak, a 19 y José Enrique Gutiérrez, también del equipo suizo, se metió décimo, ganando un lugar. La etapa no admitió el descanso desde los primeros kilómetros, pues desde el banderazo de salida se produjeron los intentos de escapada. La más larga tuvo como protagonistas a cinco corredores, entre ellos precisamente un estonio, Janeck Tomback (Cofidis). Junto a Tomback saltaron el km 15 en pleno descenso de la Cota de Florzé el alemán Jens Voigt (CSC), el italiano Paolo Bettini (Quick Step), el francés Franck Renier (La Boulangere) y el austríaco Bernhard Eisel (La Francaise).

En buena armonía y bajo el chaparrón llegaron a tener una ventaja máxima de 3.45 en el km 55, pero siempre mantenidos a raya por el Fassa Bortolo. El quinteto estrenó los primeros incentivos de la montaña y de los pasos intermedios y animó una jornada que mantenía despiertos los intereses de los equipos con opciones en el sprint final. El conjunto italiano hubo de tomar el mando ante la obligación de mantener el maillot amarillo de Cancellara y permitir a Petacchi estrenar su presumible ciclo de victorias en Charleroi. Por delante Voigt era el mejor clasificado a 7 segundos y la presencia de Bettini, doble vencedor de la Copa del Mundo, resultaba inquietante para el Fassa. El ritmo de caza, la aparición del viento frío y los nervios en cabeza hicieron que el pelotón se rompiera en dos partes. En la segunda quedaron algunos hombres del Euskaltel, por lo que los hombres de Gorospe hubieron de darse la paliza para la reunificación.