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Carlos de Torres|SAINT BRIEUC
El italiano Filippo Pozzato, benjamín del Tour de Francia, alzó los brazos en vencedor de la séptima etapa disputada ayer entre Chateaubriant y Saint Brieuc, de 204 kms, por delante de los españoles Iker Flores y Francisco Mancebo, con quienes compartió una escapada en el tramo final, mientras que Voeckler mantuvo el maillot amarillo.

Pozzato, de 22 años, tomó el testigo ganador del belga Boonen, del suizo Cancellara y del líder, otros «niños» del pelotón, para estrenar su palmarés en el Tour y apuntar la segunda etapa para su equipo en la presente edición. Se impuso con claridad con un tiempo de 4h.31.34 en la «victoria más bonita de la carrera profesional».

Iker Flores (Euskaltel) y el campeón de España Francisco Mancebo (Illes Balears) intentaron el despegue en la batalla desatada en los últimos kilómetros. Lo lograron, pero al final se llevaron a un mal compañero, pues Pozzato es un hombre muy rápido al esprint, por lo que se quedaron con la miel en los labios. El ciclista de Vicenza confirmó la revolución juvenil de la primera mitad del Tour.

El pelotón, con el francés Laurent Brochard al frente entró con todos los favoritos a 10 segundos, el francés Thomas Voeckler con la garantía de conservar el liderato y los hombres fuertes de la carrera sin cambios, a excepción de los 18 segundos que la recortó Mancebo a Armstrong contando la bonificación de 8 segundos como tercer clasificado.

El otro Tour
El australiano O'Grady mantuvo la segunda plaza de la general a 3.01 de Voeckler y el francés Casar la tercera a 4.06. Armstrong sigue «líder del otro Tour» con 36 segundos de ventaja sobre Hamilton, 43 respecto a Mancebo, que pasó del puesto 18, 55 por delante de Ullrich y 1.45 y 5.58 respecto a Heras y Mayo respectivamente.

Una jornada en la que no faltaron la escapada consentida de rigor, ni caídas, aunque menos que jornadas precedentes, pero el final tuvo otro guión diferente al previsto esprint masivo. Fue una llegada en «petit comité» entre Pozzato, Flores y Mancebo. La ausencia de Petacchi fue honrada con todo lujo por su joven compañero de filas.

Los encargados de animar la jornada fueron el holandés Erik Dekker, del Rabobank, y el belga Thierry Marichal, del Lotto. El pelotón permitió su despegue en el km 55 y luego les dio cuartel hasta el 174, cuando fueron absorbidos. De nada sirvieron los 8 minutos de ventaja que llegaron a almacenar, pues los equipos de los esprinters tocaron la alarma a 50 kilómetros de meta y se pusieron manos a la obra para derribar la aventura.

Con todo el mundo en el pelotón el CSC danés marcó un ritmo brutal pasada la cota de Saint Aide que dividió el grupo en dos partes, esta vez con todos los favoritos atentos en el primero de ellos, pero originó un inesperado desgaste de fuerzas que acusaron muchos.

Con poco más de 20 kilómetros por delante se sucedieron los saltos. Lo intentó Chente García en un grupo de 4 con Petrov, Cancellara y Piil, luego Flecha y Pradera. Pero el salto clave fue el del italiano Bettini, quien terminó de desarmar el orden en el pelotón. Se cargó cualquier táctica encaminada al esprint.

Por último, a 4 kilómetros de meta, se formó un grupo de 7 con Mancebo Flores, Brochard, Scarponi, Hinault, Cancellara y Pozzato. Sucesivos arranques dejaron la gestión de la victoria entre los españoles y el corredor del Fassa. A falta de Bettini la juventud lanzó otro grito de victoria.

La jornada vivió el abandono del suizo del Gerolsteiner Sven Montgomery.