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ESPAÑA 83
SERBIA Y MONTENEGRO 78

ESPAÑA

(15+18+22+28): Jaume Comas (0), Jorge Garbajosa (9), Pau Gasol (12), Carlos Jiménez (0), Juan Carlos Navarro (18), -cinco inicial- Felipe Reyes (7), Rudy Fernández (8), Fran Vázquez (3), Iker Iturbe (6), Carlos Cabezas (13), Rodrigo de la Fuente (3) y Dueñas (4).

22 de 35 en tiros de dos puntos, 5 de 15 en triples y 24 de 34 en tiros libres. 26 rebotes (19 defensivos y 7 ofensivos) y 19 faltas personales.

SERBIA Y MONTENEGRO (21+24+18+15):Dejan Bodiroga (23), Igor Rakocevic (2), Milos Vujanic (8), Dejan Tomasevic (9), Nenad Krstic (8) -cinco inicial- Vladimir Radmanovic (8), Vule Avdalovic (3), Predrag Drobnjak (6), Petar Popovic (6), Aleksandar Pavlovic (3) y Vlado Scepanovic (2).

18 de 34 en tiros de dos puntos, 10 de 20 en triples y 12 de 18 en tiros libres. 18 rebotes (13 defensivos y 5 ofensivos) y 29 faltas personales.

Àrbitros: Murgui y Perea. Señalaron falta técnica al banquillo serbio y antideportiva a Vujanic y Krstic.

Fernando Fernández

Los campeones del mundo ya saben cómo se las gasta España. EL grupo de Pesquera se hizo con la victoria en el Memorial Antonio Díaz Miguel tras tumbar a Serbia y Montenegro (83-78) y transmite buenas sensaciones. Rudy fue uno de los protagonistas y con ocho puntos fue parte activa en una victoria que invita a soñar.

La facilidad con la que movía el balón el combinado de Obradovic contrastaba con la empanada mental de Croacia. A Mario Pesquera se le agotaban los recursos y la zona no parecía ser la alternativa. Los primeros compases eran de igualdad, pero parecía que los balcánicos jugaban a medio gas. Como Gasol era la obsesión del día, Juan Carlos Navarro era el que llevaba la batuta. Él se echó al equipo a las espaldas y, pese a que Bodiroga no permitía licencias, hizo daño con sus «bombas» y abrió la defensa rival.

Siete puntos en siete minutos hacían que las dudas envolvieran Son Moix, donde el sudor siguió siendo la constante dentro y fuera del parqué. Porque el de ayer era un partido de NBA. Gasol, Radmanovic, Cabarkapa, Pavlovic y Drobnjak daban lustre a la final del Memorial Díaz Miguel.

Pesquera volvió a echar mano de las rotaciones y Rudy fue uno de los primeros beneficiados. Una vez más, la ovación fue mayúscula y eso hizo al escolta sentirme más cómodo sobre su pista. Su primera incursión en el partido llegó desde la línea de 6'25. Buena premonición. Por entonces, el equilibrio era la constante. Y entre Rudy y Dueñas lo convirtieron en máximo al firmar un parcial de 5-0 que hacía subir al electrónico el empate a 25. En ese momento, todo parecía acabarse.

El festival de Bodiroga y Vujanic sirvió para abrir una brecha importante. En cuestión de tres minutos, alcanzaron una renta de diez puntos (31-41) y España acusaba nuevos problemas. El porcentaje en lanzamientos de tiros libres era paupérrimo y el base del Skipper puso doce arriba a Serbia y Montenegro (33-45).

Pau Gasol y Felipe Reyes devolvían la ilusión a la grada con una combinación espectacular, pero antes Radmanovic ponía las cosas en su sitio con otro triple -5 de 7 en poco más de dos cuartos- que, aunque pareciera increíble, helaba el rostro de Mario Pesquera. Navarro se unía a la fiesta en pleno caos dentro del bando centroeuropeo. Dos triples suyos encendían la luz de alarma y Obradovic ya no podía esconder su preocupación. España estaba metiendo miedo al mejor equipo del planeta, atenazado por los nervios y castigado en la estadística. Costaba dar el paso definitivo y el único arma que esgrimía Serbia era el triple. Pero no siempre entraba y eso daba vida a una España que no podía con la muñeca de un Bodiroga que aparecía en los momentos delicados con la idea de hacer valer ese tiro que le define y que será fundamental en Atenas para mantener la supremacía.

La tensión se reflejaba en la técnica señalada al banquillo serbio. Sabían jugar con un escaso margen de maniobra, pero España se ponía a tres (63-66). Rudy remataba la faena con un triple providencial. Empezaba un nuevo partido, y la pintura sería clave para Pesquera y los suyos. La antideportiva de Vujanic permitía a Garbajosa rubricar la remontada con un 2+1 (72-70 a 4:28) y la tercera victoria consecutiva ante Serbia adquiría forma. Quedaba camino, pero pintaba bien.

Ahora sí entraban los tiros libres y el crono jugaba contra el rival. El guión se había alterado y era la hora de Bodiroga, la única esperanza del balcánica. Cabezas ponía el 80-78, Vujanic fallaba otro triple y Navarro no sabía apuntillar. Tampoco el rival, que recibió el primer varapalo camino de los Juegos (83-78).