Por su parte. el Illes Balears sacó con el ruso Vladimir Karpets el
jersey blanco del mejor joven y sucedió a su compatriota Denis
Menchov, otro que llegó como baza del equipo de Unzue y hubo de
retirarse.
Armstrong recibió la aclamación en los Campos Elíseos, donde
terminó la vigésima y última etapa con el segundo triunfo del joven
belga de 23 años Tom Boonen (Quick Step), en un día que quedará
escrito para siempre por una hazaña que en buena lógica tendrá una
larga duración, solo al alcance de atletas superdotados como el
este ciclista texano que cumplirá 33 años el próximo mes de
septiembre.
«Lance VI» puso un tope y una incógnita: la de su posible
regreso el próximo año para alcanzar el séptimo. «Ahora voy a
descansar y a reflexionar. El Tour es la carrera que amo y si vengo
el año que viene será en buenas condiciones físicas y mentales para
ganar». Si mantiene el apetito de victoria el récord de seis
cambiará de dígito dentro de un año en el mismo escenario donde
acaba de dar la vuelta triunfal.
La disputada camiseta verde por puntos al final se la quedó
finalmente el australiano del Lotto Robbie McEwen, quien logra su
segundo galardón de la regularidad después del alcanzado en 200.
Fue superado al esprint por Boonen, ganador de la sexta etapa en
Angers, pero evitó que el Hushovd entrara por delante.
El farolillo rojo, quien también merece su espacio en los
registros del palmarés de la carrera, fue el francés Jimmy Casper,
del Cofidis a 3h.56.08. «Para mi todos los que terminan son
auténticos campeones», dijo un día el señor de amarillo. En la
etapa que ponía colofón a la hazaña de Armstrong, aparte del
brindis de rigor y la máxima tranquilidad, no faltó otro número del
líder con el italiano Simeoni. El corredor del Domina intentó la
fuga 4 veces y otras tantas se le echó encima el US Postal en
pleno. El rey del Tour vetó cualquier intento de su rival en los
tribunales de Justicia.
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